20 Casas rurales en Horta de Sant Joan

Te llevamos a un tranquilo núcleo medieval que ocupa un cerro de 543 metros de altura, rodeado de una naturaleza bella y tajante. Sobre todo, en la accidentada parte sur de su término, con los Ports de Tortosa-Beseit, dentro del Parque Natural dels Ports. ¿Dónde te encuentras? En una comarca catalana con un nombre muy acorde a lo contado: Terra Alta. Donde la provincia de Tarragona va en busca de la frontera con Aragón.

Podrás hacer parte del trayecto en avión, hasta los aeropuertos de Reus (a 1 hora y 25 minutos), Lleida (a 1 hora y 40 minutos) o Barcelona-el Prat (a 2 horas y 15 minutos). En tren, hay algunas paradas cercanas de la línea que une Tarragona con Zaragoza, como Ascó (a 45 minutos), así como la estación de tren de media y larga distancia de Tortosa (a 45 minutos).

Si vienes en autobús, la compañía HIFE te acercará a tu destino. Y, si optas por tu coche, ve en busca de las vías C-12, desde Lleida o Tortosa, o N-420, desde Reus o Teruel.

Donde las piedras ablandan

Sus calles sinuosas y escarpadas y sus casas de piedra siguen teniendo el medievo muy presente. Encuentra, entre sus rincones, la Casa de la Comanda, la Casa Pessetes, el Ecomuseu dels Ports (en la plaza Mayor)... Y la plaza de la Iglesia, que se presenta al visitante entre pórticos, con su ayuntamiento, renacentista (y con una antigua cárcel templaria en sus bajos), y la iglesia parroquial de Sant Joan Baptista, una mezcla de románico y gótico.

“Todo lo que sé, lo he aprendido en Horta”

Quien afirmó esto tiene un museo dedicado en esta población: el Centro Picasso, que ocupa el edificio del antiguo hospital. Aquí se dejan ver las obras (en reproducción facsímil) que Pablo Picasso pintó mientras fue huésped de esta población: gente trabajando, retratos de niños, cabras dels Ports… y parte de sus pinturas cubistas al óleo.

Picasso estuvo en Horta de Sant Joan en dos ocasiones: en 1898-1899 y en 1909. Porque le gustó tanto que repitió. Tómatelo como una dulce amenaza.

Lo Parot y la montaña de Santa Bàrbara

Aléjate 1 kilómetro del centro en dirección Bot-Gandesa. Toma un camino a mano derecha en el punto kilométrico 3, aparca entre dos almacenes y anda un trocito. Ahí están, rodeados de una valla, los 2.000 años de sabiduría del olivo Lo Parot. Un árbol monumental de 7,45 metros de perímetro y 8 metros de altura.

A un lado se levanta la montaña de Santa Bàrbara. Primero ríndete a sus pies. Tendrás motivos: el edificio medieval de la Torre del Prior y el convento franciscano (y de origen templario) de Sant Salvador o de Nostra Senyora dels Àngels. El camino hacia la cima te desvelará cuevas, capillas, ermitas en ruinas y unas inmejorables vistas.  

El Parque Natural dels Ports

Es un entorno moldeado en roca caliza por el agua y el viento, que a ratos destila calma y a ratos desata su furia huracanada.

• Las montañas que se engloban dentro del término rozan los 1.200 metros de altitud. Entre tantos gigantes de piedra, sin duda vas a dirigir tu mirada hacia las Roques de Benet. Sus paredes verticales alcanzan casi los 300 metros de altura y desde su cima (a 1.013 metros), si es un día claro, podrás divisar, a lo lejos, lejos, la imponente silueta de los Pirineos.
• En el río Algars hay una de las reservas más importantes de ludria de Cataluña. ¿Quieres probar de pescar alguna con tu cámara?
• En el área recreativa de la Franqueta podrás comer al aire libre y darte un chapuzón en el río Estrets. Es el punto de partida de varios itinerarios de senderismo: Els Estrets te irá desvelando un refugio de fauna salvaje y una zona de interés geológico (2 horas y 30 minutos, ida y vuelta), otro te conducirá hasta La Cueva de Picasso (1 hora, circular)...
• La Via Verda de la Vall de Zafán o de la Terra Alta te colocará una alfombra roja por donde transcurría una antigua vía de ferrocarril para que goces el entorno a lo grande. A pie, a caballo o en bicicleta. Pasarás por puentes impresionantes.
• Si tu cuerpo te pide marcha…, dale unas dosis más de turismo activo:  escalada, vía ferrata, barranquismo, kayak, pesca, espeleología…

“Santo, santo, yo te canto…”

Para conocer un poco más de este pueblo y de sus gentes, debes verlos en días de fiesta:

Durante la Subhasta de Sant Antoni (enero) hay bendición de animales y una recolecta de productos que luego se subastan para contribuir a la mejora del convento de Sant Salvador. Precisamente a este marco te llevarán en romería la celebración de San Salvador (18 de marzo), en la que disfrutarás de una rica paella popular, y las Festes d’Abril, en las que se conmemora el milagro que obró el santo: hizo que lloviera tras mucho tiempo de sequía.

Septiembre es tiempo de fiestas mayores y de la Festa de la Costa, que te traerá calles engalanadas, hogueras y el delicioso olor de una sardinada popular en honor a la Mare de Déu de la Mercè. Y se enaltece el otoño con la Dolça Tardor (octubre), que te acercará al mundo de la artesanía.

Vino y aceite

¿Cómo no se iban a llamar hortolanos los habitantes de Horta de Sant Joan? Si estas tierras están cubiertas de almendros, cerezos y melocotoneros, campos de cereales, viñedos y olivos…

El vino y el aceite son sus productos estrella. Te acabarás de convencer de ello visitando el Espacio del Vino y del Aceite de Gandesa o haciendo la Ruta del Aceite, que empieza en un molino de aceite de Arnes reconvertido en punto de información y acaba en el Pinell de Brai, donde resalta la bodega cooperativa modernista de Cèsar Martinell.

La DO Terra Alta marida estupendamente con los platos de carne más tradicionales de la población: cabrito rebozado, civet de jabalí, carnes a la brasa… y castrón guisado, con escabeche y hierbas. Los mantecados y almendrados son algunas de sus pastas típicas. Y te resultarán más sabrosas si las acompañas con vino rancio, aguardiente o una buena mistela.