Conocido como la sierra de las aldeas de pizarra y por su patrimonio histórico, O Courel es uno de los espacios naturales más valiosos de Lugo donde se encuentra la parroquia de Folgoso do Courel. También es la sierra geológicamente más completa de todas las gallegas. En ella se mezclan el bosque mediterráneo con el atlántico, hay dehesas de robles, castaños, hayas, fresnos, altas cumbres y extensos valles.
O Courel le debe su nombre a las explotaciones de las minas de oro que los romanos encontraron en la zona. La más grande es A Toca, donde hoy se puede ver un impresionante corte en el lugar donde se encuentra. Justo enfrente están las minas de Torubio y, un poco más adelante, las de Millares.
Antes de la época romana, en O Courel estuvieron los celtas. De aquella época aún se conservan los castros de Torre, Vilar y Megoxe. Del Medievo quedan fortalezas, como la de Carbedo en Esperante; y templos, como la parroquia de Santa María de Folgoso y la iglesia monasterial de Visonia.
Las aldeas de pizarra
O Courel abarca, en total, nueve parroquias a las que pertenecen unas 41 aldeas. Folgoso do Courel es la que ha asumido la capitalidad de la sierra. A ella pertenecen los pueblos de Sobredo, Ferreirós de Abaixo, Ferreirós de Arriba, Santa Eufemia, Eiriz, Valdomir, A Pendella y Touzón.
La principal característica de todos ellos -y del resto de parroquias de la sierra- es su arquitectura rural, de pizarra y esquinas redondeadas. Algunas de sus viviendas cuentan también con galerías de madera pintadas en vivos colores.
Uno de los mejores ejemplos es Ferramulín, en pleno corazón del valle. Con una estética medieval, esta aldea, situada a más de 800 metros de altura, cuenta con las típicas casas corredoras y con cuatro antiguos molinos harineros, uno de ellos aún en uso.
En él también se pueden encontrar las populares herrerías, unas construcciones típicas de los herreros que, además de Ferramulín, también se pueden ver en Folgoso do Courel, Lousadela, Ferrería Vella, Visuña, Baldomir y Ferreirós de Abaixo. El hierro que se trabajaba en las fábricas se extraía del monte Formigueiros.
También de aspecto medieval, San Silvestre de Seceda era antiguamente una de las localidades más importantes de O Courel, pues estaba en la ruta que realizaban los transportistas de minerales hacia la ferrería de A Lousadela.
Esta aldea estuvo incomunicada durante muchos años, lo que hizo que perdiese a gran parte de su población y que hoy esté prácticamente intacta, aunque muchas de sus viviendas fueron restauradas.
Su principal característica es que las casas están todas apiñadas, lo que les permite protegerse del frío y de las grandes nevadas que sufren cada invierno en la zona. Algunas viviendas tienen voladizos y están unidas entre sí por pasadizos para resguardarse de las temperaturas extremas.
En Seceda había cinco molinos, aunque actualmente sólo tres de ellos se conservan. La que cuenta con un gran número de ellos es Seoane, que hasta los años 30 fue la capital de la sierra hasta que fue reemplazada por Folgoso do Courel.
No obstante, si buscamos algo de ambiente, la villa más animada de O Courel es Seoane. Aquí se puede realizar la ruta del vino, hay bares, algunos lugares de fiesta y desde él parten numerosas rutas de senderismo. Por aquí pasaba uno de los caminos alternativos de la Ruta Jacobea que salía desde El Bierzo.
A esta parroquia pertenece la aldea de A Ferrería, conocida por su pasado balneario. A las afueras no hay que perderse una visita al manantial mineromedicinal que está en sus inmediaciones.
El rincón verde de Lugo
En una escapada rural a Folgoso do Courel no puede faltar una ruta por la sierra. Un espacio natural compuesto por extensos valles y abruptas cumbres que llegan a alcanzar los 1.600 metros de altura. Algunas de las más conocidas son Pía Páxaro, Capeloso, Faro y Formigueiros.
Geológicamente, O Courel es una de las sierras más completas de Galicia. Si nos fijamos en su relieve podemos apreciar como las partes más altas son llanas. Una característica causada por la erosión y que ha hecho que sea una de las zonas gallegas donde mejor se puede ver la huella de los glaciares.
Su riqueza en vegetación y flora ha hecho posible que esté habitada por variedad de aves como el mirlo acuático, el gavilán común, el carbonero, el herrerillo capuchino, la golondrina, el papamoscas gris o el avión roquero, entre otros.
Estos se pueden ver en las diferentes rutas que discurren por la sierra y que pasan por los poblados que lo habitan.
Algunos de los lugares imprescindibles son la Devesa da Rogueira, desde donde se ve el pico de Formigueiros; la cascada de Vieiros, uno de los lugares más bonitos de la sierra; o los yacimientos del castro de Vilar.
Una ruta por la sierra de O Courel es la mejor opción para conocer la naturaleza más agreste de Lugo. Un lugar cuyas aldeas están afectadas por la despoblación.