Ciudad Rodrigo es comarca y es ciudad fortificada que se postra a los pies de la sierra de Gata. Al oeste de Castilla y León y de la provincia de Salamanca. Lidiando con las tierras de Portugal. Los rodericenses o mirobrigenses viven entre extremeños y portugueses. ¿Te acercas para ver qué se cuentan?
Dime quién te conquistó y te diré quién eres
Esta es la historia de un cerro junto al río Águeda: una zona con pobladores ya desde el neolítico.
El tiempo se puso a correr y, tras él, llegaron los vetones, una tribu de origen celta. Fundaron una ciudad y decidieron llamarla Miróbriga. Pero cuatro siglos más tarde se hicieron con ella los conquistadores romanos. Y, en honor a su emperador, le cambiaron el nombre: Augustóbriga.
Fueron pasando las centurias, y las disputas entre cristianos y árabes. Hasta que en el año 1100 el conde Rodrigo González Girón llevó a cabo su repoblamiento. De él tomó su nombre definitivo: Ciudad Rodrigo.
Lo que encierran sus murallas
Es un perímetro de más de 2 kilómetros con siete puertas. Las más antiguas: la del Sol y la de Santiago.
Una vez dentro, te esperan joyas medievales como su catedral, que bascula entre el románico y el gótico. Tiene estos puntos fuertes: la bóveda gótica, el coro (poblado de flora y fauna), el claustro y el pórtico del Perdón (con casi 400 esculturas), rincón que las tropas napoleónicas utilizaron como polvorín durante la guerra de la Independencia (su fachada aún está impactada por lo vivido). Y, como suplemento, el Museo Catedralicio.
Desde otro lado, a 400 metros, cruzar la puerta de la Colada te bastará para llegar a su castillo, en el que predomina el estilo románico. Por su condición de fronterizo, vio venir (y también se le cayeron encima) muchos ajustes de cuentas con las tierras de Portugal. Y tuvo un papel destacado en las guerras de Sucesión y de la Independencia. Pero actualmente goza de la tranquilidad que le da ser Parador de Turismo. Te encantará subir a su torre del homenaje y pasear por sus jardines.
Alrededor de la plaza Mayor, lucen la gracia y el señorío de edificios como la Casa del Marqués de Cerralbo y el ayuntamiento (renacentista), con una galería y un pórtico arqueados delimitados por dos torrecillas.
¿Qué más podrás ver y visitar en Ciudad Rodrigo?
- El monumento de las Tres Columnas (en la entrada de la ciudad), de época romana.
- El Palacio del Príncipe de Melito, también conocido como Casa de los Águilas o del Marqués de Altares.
- La capilla del Marqués de Cerralbo, templo herreriano.
- El Museo del Orinal. ¡Hay de todo tipo! El más pequeño está hecho en platino y tiene el tamaño de un garbanzo. Para mear y no echar gota…
- El monasterio románico de la Caridad (en la localidad de Sanjuanejo, dentro del municipio), que perteneció a la orden de los premostratenses.
Alrededores: en coche, a pie o en bicicleta
¿Que te queda algún ratillo más para husmear en sus alrededores? Pues son una buena opción el embalse del Águeda (a 10 kilómetros) y los restos prerromanos de los castros de Lerilla (a unos 16 kilómetros) y Irueña (a unos 30 kilómetros).
Hacia el norte, la localidad de Castillejo de Martín Viejo te conducirá a la Estación Rupestre de Siega Verde (a unos 15 kilómetros), con unos grabados prehistóricos que llevan el sello de garantía de ser patrimonio de la humanidad.
Un poquitín más lejos, hacia el sureste, la comarca de la Sierra de Francia te regalará hermosos momentos entre las poblaciones de la Alberca (a unos 35 kilómetros) y Miranda del Castañar (a unos 60 kilómetros), y los paisajes de la Peña de Francia (a unos 40 kilómetros) y el valle de las Batuecas (a unos 50 kilómetros).
Si lo que te apetece es dar rienda suelta al senderismo o al cicloturismo, te recomendamos la Ruta de las Fortificaciones de Frontera en Salamanca, ideal para un fin de semana. Y si antes quieres empaparte un poco de este tema, acude al Centro de Interpretación de las Fortificaciones de Frontera, ubicado en la muralla de Ciudad Rodrigo.
¡Carretera y manta!
(Aunque esto segundo dependerá del tiempo.) Tres días te bastarán para completar la ruta motera Arribes del Duero-Sanabria, para dar gas entre las provincias de Salamanca y Zamora recorriendo los cañones más profundos de la Península y terminando en un punto muy apacible: el lago de Sanabria.
¿Tienes ganas de más? Pues ahí van los 250 kilómetros de la Ruta Peña de Francia. Un trazado circular te llevará a disfrutar este entorno, pasando por otros enclaves peculiares como el castillo de Miranda del Castañar. Salamanca es punto de inicio y punto final, pero... ¿qué tal si le das un poco la vuelta y empiezas y acabas en Ciudad Rodrigo?
Fiestas al abrigo de la plaza Mayor
La plaza Mayor te servirá de escenario para conocer sus tradiciones, como el Carnaval del Toro y la Semana Santa.
El Sábado Santo se llena de folclore salmantino durante La Charrada. Las melodías de la dulzaina mueven danzantes vestidos a todo color, que provienen de la comarca, de la provincia charra, del resto de España y de Portugal.
Pero con el calor llegan también otros eventos que te harán disfrutar, como la Feria de Teatro de Castilla y León (agosto).
Chanfaina y bollo maimón
Aquí, la autenticidad tiene sabor a farinato, que es un embutido que se elabora con grasa de cerdo, miga de pan, especias y pimentón. Y que suele acompañarse con huevos fritos. Esto te dará un buen chute de energía para buena parte del día.
Sentado en una buena mesa rodericense, podrás degustar un tipo de empanada conocida como hornazo, la chanfaina (que combina arroz y cerdo) y sus ricos asados de cochinillo.
Si te queda algún huequecillo para el postre, resérvalo para un repelao, un dulce parecido al mazapán y que se puede encontrar por toda la comarca. O para catar la esponjosidad de un bollo maimón: pastel que crece como la espuma a base de huevos, levadura y azúcar.