Mil Madreñas Rojas

No ha sido irrepetible porque pienso volver

Bebeto Gol

He pasado 4 días en esta maravillosa casa situada en un entorno espectacular. Estuve con mi mujer y mi hija Lara y hemos vuelto encantados tanto por la casa en sí como por el trato con sus propietarios. Toni y Mónica nos atendieron en todas nuestras necesidades y nos informaron de estupendas rutas (además de todas sus sugerencias y comentarios nos dejaron una guía muy completa). No me puedo olvidar de la madre de Mónica, Sagrario, quien día a día nos deleitaba con su cocina tradicional. Mención especial merece también Roca, el cariñoso perro de la casa por el que mi hija suspiraba... Recomiendo esta casa a todo el mundo pero especialmente para aquellos que aprecien la tranquilidad de un pueblo como Salientes y a quien le guste hacer rutas de montaña, fáciles o exigentes. Seguro que volveré a esta casa porque me ha quedado la espinita clavada de no hacer ninguna de sus cumbres (Nevadín, Valdiglesia, Tambarón, Catoute...) puesto que durante las rutas tenía que llevar a mi niña de dos años en el portabebé y entre mi espalda y la cantidad de nieve no me lo permitieron.

Un lugar hermoso cuidado con cariño.

Rosa Ortí

Me he sentido muy a gusto todo el tiempo. No sólo admiten animales, parece que agradecen que los lleves, está claro que les gustan. La comida es casera y te recuerda la que hace tu madre. Puedes llevar amigos no previstos y enseguida te improvisan una cena. Su conversación es agradable e inteligente, y te contagian su "Vierzo", su entusiasmo por el lugar que ellos mismos habitan y disfrutan. Su perro Babú te acompaña en los paseos y resume en sí mismo lo que es la casa. Gracias a todos.

Para desconectar no hay un sitio mejor

Tanya

Sin moviles, sin television, sin internet, para desconectar lo justo, un ambiente muy relajante,los apartamentos decorados con mucho gusto y los desayunos caseros y las cenas deliciosos.