Casa Lauriña y Casa Lauriña Baixo

De vacaciones en un internado

Lely Mendez

Fuimos un grupo de amigos. Una pareja llevaba a su bebé con su cuna de viaje y a punto estuvieron de irse pq el dueño decía que excediamos el número de personas. El bebé tenía 6 meses. Estuvimos una hora asimilando todas las normas de la casa. No se pueden subir las maletas a las habitaciones, tienes que subir la ropa en brazos, uso de gorro en la piscina, las mujeres por el pelo largo. Llegando a la cocina mandó sentarse a los chicos en el salón y las chicas las metió en la cocina para explicarles. Para ir a la piscina en chanclas y por el caminito de piedra, sin pisar el césped. Vive al lado y está pendiente de si te dejas una luz encendida o si la depuradora está funcionando..se acerca a la verja y te llama cual director de internado. A mí me dió el fin de semana pq era un marcaje terrible. Espero que se haya relajado un poco.

Inolvidable

Rosa Esmu

Ir a Santiago es una experiencia única, pero, además, alojarse en Casa Lauriña es un lujo. Rodeada de árboles, césped, un paraje espectacular y con la Catedral De Santiago de fondo. La casa ha superado todas nuestras expectativas, y el propietario, Toño, ha sido el mejor de los anfitriones, regalándonos su tiempo, y su entera dedicación, por lo que lo único que podemos hacer es darle las gracias, y soñar con poder volver algún día. Muchas gracias por unos días inolvidables.

Atención excelente y la casa preciosa.

Celia

Estuvimos seis personas en la Casa Lauriña Baixo tres noches y la verdad es que todo muy cuidado, y la casa es preciosa, con una parcela de jardín muy grande. Además el dueño muy atento y servicial. Uno de los días le avisamos de que muchas avispas asiáticas estaban en uno de los árboles de al lado de la piscina y en una hora ya lo cortó. Un lujo poder estar a este precio en una casa así, con vistas a la catedral y con esta atención. Sin duda recomendadísima.

Estancia estupenda

Angel Jerez

Soy Ángel, y estuvimos alojados este mes de agosto en la Casa Lauriña Baixo, total 5 personas, y desde el principio todo nos sorprendió gratamente. El enclave de la casa es formidable con unas vistas a la catedral inmejorables y Santiago a un paso dando un paseo o en coche en unos minutos. Decir que la casa está bien se quedaría muy corto, está impecable, como si se fuera a estrenar, tanto el interior como en el exterior, y lo mejor Antonio, el dueño, muy cercano, agradable y super amable, hasta nos confeccionó las rutas más importantes, a cual mejor. El viaje es super recomendable, y la casa un lugar seguro para repetir si se presenta la ocasión. Muchas gracias por todo.