Las vírgenes encontradas: esculturas que se escondieron y se hallaron siglos después
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27.03.2024
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Hay un lugar en Salamanca donde se venera a una virgen encontrada. Es Nuestra Señora de la Peña de Francia, una figura que no solo se perdió después de ser ocultada para protegerla durante la invasión musulmana de la península ibérica, sino que también fue robada siglos después. Es una más de las muchas historias de vírgenes encontradas que hay por toda España, cada una con su tradición, con su devoción y con sus curiosidades.
Antes de nada, comencemos por aclarar qué es una virgen encontrada. Con esta denominación nos solemos referir a esculturas o imágenes de la Virgen María que desaparecieron durante algún tiempo y que más tarde, mucho más tarde, fueron halladas. Ocurrió especialmente durante la Edad Media, cuando se escondieron ante el avance de los musulmanes, para protegerlas. También ocurrió en el siglo XIX, en este caso para evitar que los franceses napoleónicos se las llevaran como parte del botín de guerra, y de nuevo volvió a haber casos durante la Guerra Civil.
La guerra y la presencia musulmana se alargaron y el paso del tiempo hizo que se olvidara dónde se habían escondido las vírgenes. Por esto, cuando se encontraron de forma fortuita siglos después, esta fue considerada como algo excepcional y casi un milagro.
Ese contexto nos lleva irremediablemente a las leyendas y a la construcción de relatos en los que se mezcla historia con la invención, los milagros y con historias de apariciones y señales divinas.
El milagro de Empel: la virgen encontrada que ayudó a los tercios españoles
El 8 de diciembre se celebra la Inmaculada Concepción, que además es la patrona de España. En 1585, cuando los tercios españoles combatían en Flandes y estaban en una situación crítica, sus enemigos les ofrecieron una rendición honrosa. Los españoles no aceptaron la propuesta, lo que los condenaba casi con seguridad a la derrota y a la muerte. Los holandeses abrieron entonces los diques e inundaron el campamento español, que tuvo que buscar con urgencia refugio en el monte de Empel.
Allí, en aquel monte, estaba un soldado del Tercio Viejo de Zamora cavando una trinchera, cuando encontró una imagen de la Virgen Inmaculada Concepción.
Esa misma noche el agua que rodeaba la posición española acabó por helarse con las bajas temperaturas y dejó a los barcos holandeses encallados, sin capacidad de maniobra. Aquella ventaja, junto con la alta moral del tercio español debido al descubrimiento de la imagen de la Virgen, llevó a los españoles a atacar las posiciones enemigas y vencer. Esto se conoce como el milagro de Empel.
Nueve meses después de la Inmaculada Concepción, el 8 de septiembre, la iglesia católica celebra otra importante fiesta mariana: la natividad de la Virgen. Y justo ese día en muchos lugares se venera a una virgen encontrada, como lo fue aquella imagen en Empel.
Por ejemplo, en Chiva, Valencia, donde una talla de 1238 se escondió en tiempos de la invasión musulmana y apareció en 1609, cuando un pastor que estaba en el campo con su rebaño lanzó una piedra para que una oveja no se apartara del resto. La piedra hizo un ruido extraño al caer, porque había golpeado con algo. El pastor se acercó y descubrió la imagen de la virgen. Esto no es tan raro como pudiera parecer.
La virgen de Monserrat es una de las vírgenes encontradas
Uno de los casos más populares de vírgenes encontradas es el de la de Montserrat, conocida como la Moreneta por el color de su piel, y patrona de Cataluña. Según se cuenta, la escultura original fue descubierta por unos niños pastores en una cueva a finales del siglo IX.
Debido a la devoción que generó el hallazgo, se terminó construyendo un santuario en el lugar. La talla actual es del siglo XII y mide unos 95 centímetros de alto, y sigue generando muchísimas visitas y devoción. El monasterio de Montserrat es un lugar muy conocido y el 27 de abril se celebra allí la fiesta en honor de esta virgen encontrada.
La virgen Nuestra Señora de la Peña de Francia también está en un alto, en este caso en tierras del municipio salmantino de El Cabaco. El santuario está a más de 1.700 metros de altura y desde él se tienen unas vistas magníficas del campo charro circundante. Sólo por eso ya merece la pena la visita al lugar. Nuestra Señora de la Peña de Francia también es negra, por cierto.
Su historia es singular. Un francés, Simon Roland, encontró una imagen románica, se dice que después de una aparición. Era mayo de 1434, y por lo tanto se repite el patrón que nos lleva a pensar en una virgen ocultada para salvarla de la invasión musulmana y su posterior descubrimiento. En este caso la historia tiene otra vuelta de tuerca. En agosto de 1872 la virgen fue robada y más de 17 años después, en diciembre de 1889, alguien reveló dónde estaba, bajo secreto de confesión.
Se recuperó, pero la escultura estaba tan deteriorada que se encargó una nueva, usando como modelo una copia de la talla original. Esta, o más bien sus restos, se colocaron en un hueco del pecho de la nueva escultura.
La Virgen de Guadalupe, patrona de Extremadura, es otro caso con una bonita leyenda detrás
La Virgen de Guadalupe es la patrona de Extremadura y su monasterio está en la localidad homónima, en Cáceres. Su historia se remonta a Palestina, a un taller fundado en los primeros años del cristianismo. Allí fue tallada la obra y en el siglo VI el papa se la regaló al arzobispo de Sevilla. Con la llegada de los musulmanes, la escultura fue metida en una caja y escondida junto a un río en los montes de Toledo.
En el siglo XIII la virgen se le apareció a un vaquero y le dijo que había una escultura que llevaba siglos perdida. La leyenda dice que al pobre vaquero se le murió una vaca cerca del lugar y justo cuando iba a abrirla para aprovechar la piel, la vaca revivió. Pensó entonces el hombre que quizás el sitio donde había resucitado la vaca podría estar la virgen, y escarbó. A un metro bajo el suelo encontró la talla, que llevó a Cáceres, y allí se levantó un monasterio. De nuevo, se entremezclan hechos que parecen históricos con otros que probablemente no lo son tanto.
En algunos de los casos, como ya hemos visto, la piel de las vírgenes encontradas es oscura. Son vírgenes negras, como se suele decir. Esto se debe a los materiales con los que estaba hecha o a los barnices que se aplicaron a la madera. Por ejemplo, el marfil en el que se tallaron algunos rostros se oscurece con el paso del tiempo y acaba por provocar ese tono de piel. A veces el causante es algo tan simple como el humo de las velas día tras día.
Estas son sólo algunas de las vírgenes encontradas que hay en España y que hemos seleccionado porque son ejemplos claros de este fenómeno. Pero hay muchas más: Ponferrada, Málaga, Chipiona…
Manuel Jesús Prieto