Qué ver y hacer en Cercedilla en un fin de semana
Escrito por
24.02.2023
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Si alguien preguntara por una de las niñas bonitas de la Comunidad de Madrid, Cercedilla podría levantar su mano sin temor a equivocarse. Este pueblo de montaña está perfectamente comunicado con la capital por múltiples medios de transporte. En una hora aproximadamente se puede dejar atrás los sonidos de los cláxones y el barullo de la ciudad y plantarse en plena sierra del Guadarrama para respirar aire limpio y relajarse en un entorno natural. Y estas afirmaciones no forman parte de un anuncio financiado por el gobierno regional, sino que cualquiera que haya visitado la zona puede atestiguarlo.
En un fin de semana se puede disfrutar de muchos de los atractivos que ofrecen tanto el pueblo como sus alrededores, pero es posible que se queden cosas por hacer: una fantástica excusa para volver a Cercedilla (si es que se necesita alguna). Con la siguiente planificación que ofrecemos, podrás sacarle el máximo partido a tu estancia de viernes a domingo, sea invierno o verano, porque de esta localidad también se puede decir que es versátil.
Viernes tarde en Cercedilla
Para empezar con el estado de relajación, lo primero es aclimatarse al entorno. Un paseo por el centro del pueblo es un buen primer paso. Aún quedará tiempo de sobra para conocer los alrededores y Cercedilla en sí misma está llena de sorpresas.
Una de ellas es el Museo del esquí, que lleva el nombre de Paquito Fernández Ochoa, el único español en conseguir una medalla de oro en unas Olimpiadas de Invierno, concretamente en las celebradas en Sapporo en 1972. Aunque otros cuatro deportistas lograron victorias –la última de ellas Queral Castellet en Pekín 2022 con una medalla de plata en la categoría de halfpipe– ningún otro español ha vuelto a subir al primer puesto del podium de momento.
En el edificio que lo acoge, situado en plena Plaza Mayor, se pueden ver objetos que representan la historia –trofeos, documentación, piezas– de este deporte en el país a través de la figura del campeón olímpico. El espacio mide 500 metros cuadrados y está dividido en tres plantas, así que recorrerlo con calma requiere su tiempo.
Otro de los puntos de interés es la iglesia de San Sebastián, cuya construcción se fue completando desde los siglos XIII hasta el XX (su capitel es de 1954). El santo al que está advocada es el patrón de Cercedilla junto a Nuestra Señora de la Natividad. Asimismo, la ermita de Santa María es una de las visitas recomendadas de la localidad. Se empezó a erigir en el siglo XII (cuando se estima que nació el propio pueblo) aunque se ha ido reformando en los años posteriores. La última tuvo lugar en 1955.
El municipio tiene una marcada huella literaria y, de hecho, de él sale la conocida ruta de Los Poetas, que pasa por los miradores dedicados a Vicente Aleixandre y Luis Rosales. En cada uno pueden leerse versos escritos por los literatos. El segundo tiene una importancia especial para la localidad, ya que residió durante más de dos décadas en Cercedilla y, de hecho, tiene un centro cultural que lleva su nombre. En él se pueden ver retratos del autor así como su máquina de escribir o la mesa de su despacho. El ‘corralillo de Gloria Fuertes’ es otro de los rincones literarios del pueblo.
Antes de retirarse a descansar después de recorrer las calles, el mejor plan es buscar un restaurante en el que disfrutar de las delicias gastronómicas de la zona. Uno de los platos estrella es la carne a la parrilla o al horno, como el cochinillo o el cordero; aunque no es el único porque la sopa de cebolla, la sopa castellana o los judiones también brillan en las cartas. Quizá otro paseo antes de dormir no sea mala idea para hacer una buena digestión.
Sábado en Cercedilla
Tanto en verano como en invierno, Cercedilla tiene asociados dos lugares naturales de postín. En los meses de calor destacan las piscinas de Las Berceas, situadas en el valle de la Fuenfría, dentro del Parque Recreativo de Las Berceas, que tiene un aforo de más de 1.700 personas. Este no es un dato superficial, ya que en verano es uno de los destinos refrescantes más apreciados por los madrileños y suele completarse.
En invierno, por supuesto, el ganador es el Puerto de Navacerrada, donde está la estación de esquí en la que se formaron el mencionado Paquito Fernández Ochoa y su hermana Blanca, que fue la primera mujer española en ganar una medalla olímpica con el bronce en el slalom de los Juegos Olímpicos de Invierno de Albertville 1992.
En las pistas de la estación se pueden practicar diversos deportes de nieve además del esquí como el snowboard y, además, cuenta con un snowpark y una zona de trineos/tubby. Para quienes sean solo acompañantes de quienes disfrutan de la nieve como instrumento deportivo, también hay habilitadas zonas de recreo que no requieren esfuerzo físico. Tomar una bebida caliente mirando el blanco de las laderas puede ser tan reconfortante como deslizarse por ellas.
Si no se baja demasiado tarde del puerto, se puede aprovechar el resto del día para visitar la Fábrica de la Luz, situada en la carretera de las Dehesas. Se trata de la antigua central hidroeléctrica, que durante medio siglo suministró energía eléctrica a Cercedilla. Actualmente es un centro de interpretación de la energía hidráulica en el que se puede ver la maquinaria y la estructura original de la época que se utilizaba en dicha central.
Domingo en Cercedilla
Una buena actividad para aprovechar el último día en este pueblo rodeado de pinares es el senderismo. Alrededor de Cercedilla se pueden realizar numerosas rutas, como la mencionada de los poetas. Algunas de ellas de dificultad baja como puede ser el Camino del agua, que recorre 5,7 kilómetros en 2 horas. Los más experimentados pueden probar con otras como La calzada romana, que llega hasta el puerto de la Fuentefría; o la del pico Majalsana, que termina en las Dehesas.
Uno de los espectáculos naturales más llamativos de Cercedilla es la ‘Ducha de los alemanes’, un salto de agua de dos metros que sale del arroyo de la Navazuela. Se llega a él saliendo del área recreativa de las Dehesas de Cercedilla y siguiendo la calzada romana de la Fuenfría durante unos tres cuartos de hora.
Después de una buena caminata por la naturaleza, un último homenaje a la gastronomía local constituye el ‘hasta luego’ perfecto, porque seguro que quedan ganas de regresar.
Carmen López
Me encantan los pueblos con encanto
el rio q sale primero no tiene agua esta seco no vale la pena y las piscinas estam cerradas