La iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, la principal construcción del núcleo urbano, data de la primera parte del siglo XV.
En ella se pueden contemplar innumerables elementos, pero el más importante es una cruz románica de cobre decorada con piedras preciosas. Procede del siglo XII, y es la única en toda Guipuzcoa, junto con la que se encuentra en la iglesia de la vecina localidad de Zegama.
También podemos admirar una hermosa pila bautismal del siglo XVII. Se trata de una pieza labrada en piedra con numerosas imágenes: el escudo de armas de Zerain, el sol, un león, un racimo de uvas, la luna...
Completan la belleza de esta iglesia de Nuestra Señora de la Asunción las tres pilas para el agua bendita, el coro, el púlpito, el altar mayor y los dos altares laterales, los sepulcros, el arco coral y las bóvedas.
CREACIÓN Y RESTAURACIÓN
El documento más antiguo es un Libro de Bautismos de 1556, pero existe un texto gótico en la tumba de Juan García de Cerain situada en la misma iglesia que reza así: "Este sepulcro lo construyó Juan García de Cerain, año 1457".
Sin embargo, el edificio que podemos contemplar en la actualidad es fruto de una reforma realizada en el siglo XVIII. En el año 1709, y ante la solicitud realizada por Doña María de Cerain y Zarauz a causa del estado pésimo del templo, el arzobispo de Pamplona accedió a que se iniciaran las obras de remodelación. Los trabajos se realizaron según planos del arquitecto Juan de Carrera, pero sufrieron innumerables modificaciones a consecuencia del seguimiento directo que los propios habitantes hicieron de las obras. Por ejemplo, la madera de la iglesia originaria fue sustituida por piedra de la cantera Oa de Zerain.
Tras terminar con las intervenciones del exterior, se pasó al interior, donde, tras ciertas incidencias, se construyeron, según las enseñanzas de Diego Martinez de Arze, los tres retablos barrocos que podemos contemplar en la actualidad.