La Vía de la Plata es uno de los itinerarios históricos más antiguos de la península Ibérica. Desde Asturica Augusta (Astorga) hasta Emerita Augusta (Mérida) constituyó un importante eje de comunicación en tiempos del Imperio Romano.
Luego crecería hasta Sevilla por el sur y se prolongaría hasta Santiago merced a los peregrinos jacobeos.
Por ella circularon mercancías, tropas, comerciantes y viajeros, en un continuo tránsito que favoreció la difusión de la cultura romana, su lengua y sus modos de vida, a la vez que facilitó el control del territorio por parte de Roma.
La ruta se siguió usando a lo largo de los siglos, tanto por árabes como por cristianos durante la Edad Media, para continuar después desempeñando un importante papel en la red de comunicaciones de la península.
La riqueza histórica de la Vía de la Plata, cuyo nombre deriva del árabe balat (“camino empedrado"), se pone de manifiesto en los innumerables vestigios patrimoniales que jalonan su recorrido.
Esta calzada ha configurado en Extremadura un itinerario turístico, cultural, monumental y gastronómico que puede realizarse en varios tramos a pie y en bicicleta, o en coche tomando como eje la autovía A-66.
Recorre la región de sur a norte, iniciando su recorrido en Monesterio para finalizar en Baños de Montemayor, en el Valle del Ambroz.
Los lugares más destacados
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