Situado en la zona norte de la isla de Tenerife, en dirección opuesta al Valle de Güímar, se despliega el Valle de la Orotava.
Y no es casual decir que se despliega, pues su morfología particular no lo diseñan como un valle prototípico. Su perfil es, sin duda, más parecido a un plano inclinado, a una meseta que desciende ancha desde el Teide hasta las aguas del Atlántico, donde se baña.
Conocido por los guanches como Taoro, este valle reune en su seno la riqueza paisajística de las faldas del Teide y un clima muy beneficioso, alabado según cuentan por von Humboldt quien, después de pasar unos días en este paraje, se arrodilló y, en contacto con la tierra, no pudo dejar de hablar de las maravillas que allí había encontrado.
A pocos pasos del Teide, con pendientes poco pronunciados, el Valle de la Orotava, que disfruta del reconocimiento de su cultura etnológica a través de su DO, será un rincón de gran belleza que no podremos dejar de visitar si lo que buscamos es una de las máximas expresiones de belleza natural.