De estilo románico y una espadaña de cuatro cuerpos que destaca entre todas las de la zona por su majestuosidad y belleza.Esta dedica a San Juan Bautista, y aunque hoy es una impresionante fábrica pétrea gótica, en origen debió de ser una pequeña iglesia rural románica, pues conserva de esa época algunos vestigios en el porche de entrada, y la pequeña y sencilla portada de ingreso, conformada por tres arquivoltas de molduras en zigzag y florones.
Su planta se distribuye en dos naves, aunque está claro que se diseñó para tres. Las capillas de la cabecera del templo se cubren con bóvedas de crucería y dentro de él se puede admirar su pila bautismal románica, así como varios retablos barrocos entre los que destaca el mayor, en el que veremos tres buenas pinturas y una original y entrañable imagen de San Juan Niño. A esto hemos de unir una buena colección de platería, dentro de la cual sobresale un curioso juego de crismeras de plata del primer tercio del siglo XVII. Cinco son los retablos de la Iglesia de San Juan Bautista de Urueñas, todos ellos de estilo barroco.
El primero, nada más entrar en la Iglesia es el que se encuentra dedicado a la Virgen de la Soledad; el segundo se dedica al Cristo de los Difuntos; el situado a la derecha del Altar Mayor y frente a la sacristía está dedicado a San José. El Retablo Mayor es el que preside el centro de la nave, formado por tres cuerpos, en el primero y en un lateral se puede observar la fecha en la que fue elaborado el retablo: 1.678; en el cuerpo intermedio se encuentran dos pinturas, la Custodia y la talla de San Juan Bautista, patrón de Urueñas cuya fiesta se celebra en el mes de junio; en el cuerpo superior una tercera pintura corona el retablo, justo por debajo del ático.
En la cabecera de la nave, a la izquierda del Altar Mayor se encuentra el dedicado al Dulce Nombre de María, patrona de Urueñas, la Virgen más querida del pueblo, a la que se le dedican las Fiestas Patronales el segundo fin de semana de Septiembre.
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