Uclés se extiende por la estribaciones de la Sierra de Altomira en un paisaje poblado de pequeños cerros y mesetas que le dan un aspecto ondulado a este rincón de La Mancha.
El casco urbano está condicionado por la suave pendiente del cerro, coronado por el monumental castillo de origen árabe y reforzado después de la Reconquista. De la antigua fortaleza sólo quedan tres torres.
Uclés se confirma como una población típicamente castellana con reminiscencias árabes, vestigios judaicos y estructura cristiana con todos los estilos representados.
Abundan las casas solariegas, entre las que destacan la casa de Pareja y Cedillo, la casa-palacio de los Torre o la de Fernandez y Contreras. El antiguo Pósito o el Ayuntamiento también sobresalen dentro de la arquitectura civil. La antigua Fuente de los Cinco Caños tiene una importancia estética y social, ya que ha sido el punto de reunión y descanso tradicional de Uclés.
Pero sin duda el elemento de referencia y de identidad de Uclés es su impresionante monasterio que domina el perfil, le otorga su sobrenombre y esconde entre sus muros una joya arquitectónica y artística sin parangón en la comarca. Construido sobre una iglesia gótica, es de planta cuadrada y en su interior un imponente claustro de dos alturas y diez vanos por paño impresiona en cada uno de sus detalles.