En la zona noreste de la provincia conquense, la Serranía de Cuenca es un enclave dominado por un intrincado relieve, de poca altura pero de abruptas formas.
En el sur de la zona se forman las Torcas, hundimientos naturales ocultos entre pinares que a menudo esconden lagunas de gran belleza. Los ríos Júcar y Huécar han tallado gargantas infinitas en la roca y han convertido la Serranía en un mueso de paisajes.
La Serranía oculta sus secretos rocosos bajo una espesa capa de vegetación, de pinares interminables y variedades vegetales endémicas. Además, tan particular relieve se ha convertido en el perfecto protector de la fauna ibérica más apreciada.
Los meandros y las bellas lagunas, que dan al paisaje colores de vida, refrescan al viajero mientras pasea por la Sierra.
Un lugar perfecto para el excursionismo que no busca grandes desniveles pero que espera experimentar la naturaleza en estado puro cerca de Cuenca, Priego o Cañete.