Mira nuestro plan de 48h para exprimir al máximo la visita a la Selva de Irati.
Es el mejor exponente de los paisajes pirenaicos en Navarra. Un mar de hayas y abetos que se expande entre valles y montañas hasta alcanzar los Pirineos Atlánticos del sur de Francia.
Su extensión lo convierte en el segundo hayedo más grande de Europa, tras la Selva Negra de Alemania. Hasta aquí llegaba Hemingway, a quien le encantaba lanzar el sedal en el río para pescar truchas. Solía decir que era el último bosque medieval que quedaba en el continente. Tal vez la otoñada es su reclamo más popular, pero la Selva de Irati tiene muchos más que ofrecer a lo largo de todo el año.
SÁBADO
10:00 h Una primera toma de contacto
Bañada por los ríos Zatoya y Anduña, Ochagavía es una aldea bucólica de calles y puentes empedrados con apenas 500 habitantes.
A pesar de sus pocos vecinos, no faltan las indicaciones para llegar ya que es uno de los accesos a la Selva de Irati. Por ello es donde se encuentra el centro de interpretación de este espacio natural (en la Calle Labaria, 21). Es de visita imprescindible para conocer las singularidades de este paraje y recabar toda la información práctica de los senderos y actividades que hacer. Abren a las 10. (Viernes y sábados, de 10:00 a 14:00 y de 16:30 a 19:30. Domingos de 10:00 a 14:00)
11:00 h Las mejores vistas de la Selva de Irati
El Pico de Ori es reconocible porque dibuja una sólida pirámide en el horizonte. Dada su ubicación, es una atalaya con vistas de 360 grados a toda la Selva de Irati.
Es la montaña más alta y una de las más simbólicas de Euskal Herria y no le faltan mitos ni leyendas. El trayecto se inicia en Puerto de Larrau, muy cerca de Ochagavía. Se trata de una ascensión continua y moderada. En total, dos horas y media para alcanzar el techo de la región, ¡y unas vistas fabulosas!
14:00 h ¡A comer!
A 37 km de Ochagavía, se encuentra el Restaurante Asador Aritza (Calle Kanaleburua, Auritz-Burguete). Es un buen lugar para iniciarse en la gastronomía de la zona: nunca falla la ternera de Navarra (es Denominación de Origen), aunque también se puede degustar el exquisito chuletón de buey asado a la brasa.
Los chuletones aquí son de escándalo, igual que las alubias negras y pato. Para quien busque la alternativa, la Selva de Irati es territorio de truchas, preparadas a la navarra, rellenas con jamón serrano.
16:30 h Un poco de épica
Después de comer, aguarda un clásico: la Colegiata de Roncesvalles, enclave de historia y leyendas. La construcción marca el escenario de la legendaria Batalla de Roncesvalles que aparece en el poema épico de La Chançon de Roland.
Hoy en lugar de caballeros, el paisaje está transitado por peregrinos del Camino de Santiago que tienen albergue en el lugar. Vale la pena dedicar un buen tiempo a esta belleza del gótico francés y al entorno natural que ocupa. El claustro, la capilla de San Agustín, la Capilla de Santiago y la cripta con murales del s. XIII son una maravilla.
DOMINGO
09:30 h Comienza el día pedaleando
La Selva de Irati no es solo un paraíso para senderistas y también para ciclistas. Hay hasta 16 pistas de BTT de todos los niveles (más de 400 km).
Hay cuatro sedes: Centro de montaña Irati-Abodi (Pikatua), en el valle de Salazar; Casas de Irati, en el valle de Salazar; Arrazola, en el valle de Aezko; Chalets d'Iraty, en la parte francesa.
Quienes quieran disfrutar de la naturaleza sin demasiadas complicaciones, la ruta Bagargiak es un agradable paseo de casi 2 km.
La ruta circular Petrilarre es algo más larga (cerca de 15 km) y con bellas vistas al Pico de Ori. Quienes se atrevan con mayor dificultad, también tienen donde elegir. Además de instalaciones adecuadas para la práctica de este deporte, en todas ellas existe un servicio de alquiler de bicicletas.
13:00 h la foto en el mirador de Zamariain
Desde Garayoa, son 3 km de caminata por una pista de cemento hasta que llegas al bosque previo al mirador de robles y hayas.
Si Noruega tiene el Preikestolen, en la Selva de Irati está el mirador de Zamariain: un trampolín espectacular de roca arenisca que se asoma al vacío. Debajo sólo el río Irati y el robledal de Betelu. Asomarse es una experiencia vertiginosa.
14:30 h Gastronomía
Tras la pedaleada matutina y las vistas de vértigo, llega la hora de coger fuerzas. En Garayoa, se puede ir al Bar Ibarraetxea (Calle Txikirrin). Es un secreto conocido por los de la zona. Está en el centro. Es pequeño y la comida casera vale mucho la pena. Sobre todo, el cordero, los garbanzos con piparras y el ajoarriero.
17:00 Cualquier tiempo pasado…
En el valle de Aezkoa, Orbaizeta es el otro núcleo habitado de la Selva de Irati.
En esta localidad, los amantes de lugares abandonados podrán visitar la antigua Real Fábrica de Armas y Municiones de Orbaizeta.
A solo 5 km de Francia y abandonada desde 1873, la fábrica es un escenario atractivo de ruinas y naturaleza. Al estar considerada como una muestra de la arqueología industrial del s. XVIII ha sido reconocida como Bien de Interés Cultural.
Antes de visitarla es muy recomendable apuntarse antes a las visitas guiadas en la la Oficina de Turismo de Aribe (948 764 376).