En la comarca del Matarraña/Matarranya confluyen influencias aragonesas, catalanas y valencianas convirtiendo al territorio y sus gentes en un sorprendente tapiz de constumbres, historia y paisajes.
El río Matarraña, de 97 kilómetros; los puertos de Beceite, cuyas orillas pueblan los ciervos; el aceite de oliva de la zona, de gran calidad; el paisaje frondoso, verde, atípico en la comunidad de Teruel; y los pueblecitos de tono ocre, repletos de guiños a la historia, son tan sólo una pequeña muestra de todo lo que el visitante puede encontrar en esta región.
Esta modesta comarca conserva su encanto reivindicando precisamente su pequeñez, frescura y calma. Es una zona eminentemente agrícola y ganadera que rechaza el turismo de masas.
Sus mayores reclamos son las rutas de senderismo o de ciclismo por bosques de pinos. Una de las más conocidas es la llamada Vía Verde de la Val de Zafán, que recorre todo el Bajo Aragón.
Escarpada y agreste, la orografía del lugar resulta perfecta para la práctica de deportes de riesgo como el barranquismo. Valen la pena, además, los productos con Denominación de Origen de Teruel, destacando el jamón y el aceite de oliva.
También queda espacio en Matarraña para la cultura. Proliferan en los pueblos las iglesias y capillas góticas (existen rutas específicas para verlas todas). Además, se conservan inusitadamente bien unas pequeñas cárceles que se utilizaban en el siglo XVIII, donde todavía se aprecian las pinturas que los presos hacían en sus paredes.
Uno de los lugares más famosos de Matarraña es la librería Serret Llibres, regentada por Octavio Serret, donde acuden escritores de talla nacional para firmar sus libros. El local se encuentra en Valderrobres, capital administrativa de la comarca.
