Debido al estado ruinoso de los viejos templos de Santa María y Santa Cruz y a sus estrecheces e insuficientes para la numerosa feligresía de Luque, el obispo de Córdoba D. Cristóbal de Rojas y Sandoval decide iniciar la construcción la planta gótica de la nueva parroquia.
Su planta de tres naves separadas por elegantes arcos proclama el primitivo estilo gótico con que la concibieron el maestro Hernán Ruíz y su íntimo colaborador Sebastián de Peñarredonda. De especial mención es de destacar el maravilloso artesonado mudéjar, fruto de la fusión del arte cristiano y musulmán. Debido a casi el medio siglo que duraría su construcción es la conjunción de estilos que encierra, desde el gótico al citado artesonado mudéjar y al renacentista tardío, esa transformación de estilos le da unas características inconfundibles y originales.
Es de destacar la torre campanario, la traza inicial fue obra de Hernán Ruiz III, se comenzó su construcción en 1592 y se terminó de construir el año 1697, por este motivo en su realización intervendrían varios maestros canteros. Concretando, parece probable que los tres primeros cuerpos se trazaran en tiempos de Hernán Ruiz III, Juan Ochoa y Pedro Fraile de Guevara y el cuerpo de campanas de tendencia Herreriana, sería obra de Juan Aranda Salazar. Este cuerpo está formado por dieciséis columnas de orden compuesto estriadas, que sostienen una cornisa sobresaliente y todo cubierto por una cúpula cónica, rodeada por cuatro acróteras en forma de bolas.
Es de destacar el desaparecido coro y púlpito, siendo el coro desmantelado en las obras de la década de los sesenta y vendido posteriormente vendido después de haber permanecido durante unos años los sillones arrimados a la pared. El púlpito corrió parecida suerte, fue desmontado y trasformado en altar mayor, lo que fue pieza bella de gran valor y fue convertida trozos de mármol labrado que no dicen nada que no sea añorar su destino.