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A seis kilómetros al Sur de Lucena, en la eminencia de la Sierra de Aras, se alza el Santuario de María Santísima de Araceli, Patrona de Lucena y del Campo Andaluz.
Una carretera conduce a través de feraces olivares y agrestes y pintorescos paisajes serranos desde la ciudad de Lucena hasta la explanada del Santuario, a 863 metros sobre el nivel del mar. El panorama desde el privilegiado balcón natural que es la Sierra de Aras, situado en centro geográfico de Andalucía, es extraordinario. Tierras de cinco provincias andaluzas y más de treinta pueblos se muestran a los ojos del visitante.
El Santuario consta de dos partes bien diferenciadas: la iglesia con sus dependencias, y la hospedería, donde antaño vivían los capellanes y hermanos sirvientes de Nuestra Señora.
La Ruta Aracelitana comienza con la subida al Santuario de la Virgen en la Sierra de Aras. En el recorrido hacia el Santuario, encontraremos en el camino la Primera Cruz que según la tradición, marca el comienzo de un vía crucis que culmina en la cumbre de la montaña. Cerca de la cima se encuentran las Tres Cruces, donde se encontraba la primera Ermita hasta que en 1600 se construyó el actual Santuario.
El fervor y arraigo aracelitano de los lucentinos también se hace patente con una visita a la Casa Museo de la Virgen de Araceli, donde se atesora un importante patrimonio cofrade en torno a la Patrona de Lucena.
El primer domingo de mayo, es cuando se celebran las Fiestas Patronales de la Virgen de Araceli, declaradas de Interés Turístico Nacional.
Las Fiestas Aracelitanas la componen su tradicional Pregón, una multitudinaria ofrenda de flores acompañada por mujeres ataviadas con el traje típico de lucentina con mantilla blanca, la procesión de la Virgen de Araceli bajo un manto de fuegos artificiales y un sinfín de actos lúdicos y religiosos aglutinan el fervor de una fiesta en la que Lucena recibe cientos de visitantes.