La Mesa de Ocaña se sitúa al nordeste de la provincia de Toledo, en un espacio que se extiende por las poblaciones y paisajes situados sobre una gran llanura alta.
Se trata de una altiplanicie que se levanta con escarpes desde los cauces del Tajo al norte, y muere bruscamente en el escalón de La Guardia dejando en el camino los valles, vallejones y barrancos que los ríos Algodor y Cedrón han excavado durante siglos.
Esta comarca ofrece al visitante un rico patrimonio cultural y arquitectónico. Su arquitectura tradicional combina lo religioso y lo profano en una evolución histórica que encuentra sus raíces en importantes yacimientos arqueológicos, reflejo de diferentes épocas y culturas que han sabido convivir a lo largo de los siglos.
Si por algo se caracterizan los pueblos que configuran La Mesa de Ocaña es por los restos de fortalezas medievales y por sus iglesias y ermitas, procedentes de las órdenes militares y de los señoríos eclesiásticos. La arquitectura defensiva del castillo de Oreja en Ontígola y las iglesias parroquiales de Cabañas de Yepes y Ciruelos, son buena muestra de ello.