Las zonas escabrosas de La Jara aumentan a medida que nos adentramos en su territorio, especialmente a partir de Sevilleja de La Jara y camino del Puerto de San Vicente, por donde se va a Guadalupe.
Antaño, sus tierras estuvieron ocupadas por bosques en los que abundaban los robles. En la actualidad la jara está ocupando tenazmente su lugar.
El nombre de jara, sin embargo, parece que se deriva de la voz árabe "Cha'ara", que significa tierra despoblada. Efectivamente, La Jara es comarca de escasa población desde sus orígenes, tras la batalla de Alarcos, hasta que, pasada la victoria de las Navas de Tolosa, se integró en las tierras y señorío de Talavera.
Hoy la población se halla concentrada en la parte más baja, en Belvís de La Jara y en otras villas grandes como Los Navalmorales y Navalucillos, y sigue siendo escasa en el resto del territorio, proporcionando al viajero una escapada tranquila, en un entorno natural único para relajarse o para practicar turismo activo como el piragüismo o paseos en bicicleta.