Qué hacer
Se trata de un sendero familiar muy sencillo, de 1,9 kilómetros de longitud y sin desnivel.
El camino recorre los robledales que rodean la llanura de Oianzabal, en Jauntsarats. Se visitan ejemplares centenarios, alguno de ellos magnífico, como los de Kisulabe y Beheitikolanda.