El convento franciscano de la Purísima Concepción fue fundado en 1517 por Fray Alonso de Sotomayor, conde de Belalcázar en la ermita de Nuestra Señora de la Merced a un cuarto de legua de su posición actual.
En 1603 se traslada a su emplazamiento presente, los vecinos de la villa creyeron conveniente una ubicación del convento más cercana.
La fundación del convento de Herrera, en 1517. se le atribuye a Fran Alonso de Sotomayor, hijo de Gutierre III de Sotomayor y Teresa Enríquez, hombre piadoso educado por su tío, Fray Juan de la Puebla.
Vivió su época de mayor esplendor a mediados del siglo XVIII cuando su comunidad estaba formada por 36 sacerdotes, 12 coristas, 10 legos y 6 donados.
El grupo de frailes debió llevar una vida bastante austera y con números dificultades incluso para sobrevivir con varias situaciones de aprietos económicos. Estuvo habitado por los frailes hasta 1835, en que se suprimió por la desamortización de Mendizábal.
La casa de Osuna y Béjar fue, después, dueña del convento hasta que lo adquirieron los condes de Villapadierna a finales del siglo XIX, junto con los veintiún millares de la dehesa de Cijara y el castillo. Fue adquirido por la familia Gallego Bañuelos en los años 70.
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