Se llama así por la cantidad de vegetación de galería que podemos observar a lo largo de su recorrido. Empieza al lado de la ruta de los “Llanos de Rabel” pero tomando el camino de la derecha, también es necesario el permiso que se obtiene en las oficinas del parque natural.
Este sendero es de dificultad media si lo bajamos hasta su salida por Zahara, pero se puede volver por el mismo camino llegando mas o menos a la mitad, y algo más fuerte si lo intentamos subiendo, pero merece la pena el esfuerzo. Es un cañón bastante estrecho, con paredes que llegan a los 400 metros de desnivel, por donde evacua el agua todo el pinsapar, aunque, a lo largo del arroyo Bocaleones, cuando el caudal no es grande, el agua se pierde muchas veces en el subsuelo, y, si ha llovido fuerte los días anteriores, incluso puede ser peligroso por su gran caudal.
En su recorrido nos encontramos también con la gruta de la ermita, de origen cárstico y, si hacemos el recorrido más lentamente, podemos observar gran cantidad y variedad de aves que tienen sus nidos en la pared inaccesible de la garganta. También seremos testigos de los cambios bruscos de vegetación: de zona seca a húmeda, de dehesa a vegetación de galería. Entre toda esta vegetación, destacamos el laurel silvestre, éste es el único sitio del parque donde lo podemos encontrar.