La construcción del embalse de Gabriel y Galán en 1961 provocó el desalojo de Granadilla, localidad situada en un promontorio que perteneció a la Casa de Alba desde 1446 a 1830.
Tras su declaración como conjunto histórico en 1980, fue incluida en el programa de recuperación de pueblos abandonados y hoy es uno de los grandes atractivos de la zona.
La villa está dominada por el castillo, una construcción defensiva de sillería granítica que se asienta sobre los restos de la que fuera su imponente muralla almohade.
Las longueras, huertos cerrados que se hallan intramuros, recuerdan la antigua estructura urbana de Granadilla.