En la franja occidental de Salamanca, orientada hacia la zona Sur, se encuentra situado el término municipal de Espeja, a unos 110 kilómetros de distancia hasta la ciudad salmantina.
La primera referencia histórica documentada a la villa de Espeja data de un documento del último tercio del siglo XIV, donde queda manifiesta su vinculación con el señorío de Ciudad Rodrigo.
Sin embargo, a tenor de los yacimientos hallados en los alrededores del municipio, los asentamientos humanos en la zona fueron muy anteriores.
Los materiales más antiguos encontrados en las cercanías pertenecen a la cultura de los vettones, pueblo celta del centro de la actual Europa.
Ya en la actualidad, el municipio de Espeja cuenta con un territorio que se extiende sobre más de 98 kilómetros cuadrados, a una altitud de unos 700 metros sobre el nivel del mar, y en cuyo espacio alberga una población de "pegueros" de 282 habitantes.
La anécdota: en el reinado de Felipe IV, segunda mitad del siglo XVII, la maltrecha economía del reino de España llevó al monarca a la iniciativa de vender villas y pueblos de su territorio. Así, en 1685, el señorío de Espeja es vendido a Don Fernando de Herrera Maldonado.