De belleza única en su zona por el contraste de colores que ofrece, Cañamares hace de límite natural entre la Alcarría y la Sierra de Cuenca. Su situación relativamente próxima a Cuenca ofrece la posibilidad de combinar la tranquilidad de los paisajes de la Sierra con el encanto del casco antiguo de la capital de provincia, declarada Patrimonio de la Humanidad.
El río Escabas, que atraviesa el municipio, ha dibujado el pueblo en un valle, enmarcado por dos hoces, la de Fuertescusa y la de Priego. La singularidad del pueblo, más allá de la que ofrecen los colores contrastados del mimbre plantado y de los grandes bosques, es la de una playa artificial que se ha preparado aprovechando el río.
Cañamares ofrece la posibilidad de disfrutar de su paz no solo en verano, cuando puedes pasear y darte un baño en la orilla de su particular playa, sino también cuando nacen las setas, cuando llega el frío, cuando el paisaje cambia de colores y todo se transforma.