Caravaca de la Cruz es una de las tres ciudades Santas de la Península. Por el Camino de Levante recorrerás 118 km de peregrinaje: espiritualidad, naturaleza y cultura. El camino se recorre sin necesidad de vehículos, a pie o en bicicleta. La propuesta es sencilla e intensa: un trayecto para descubrirte a ti mismo y alcanzar la indulgencia plenaria en el Santuario de la Vera Cruz. El Papa Juan Pablo II concedió al municipio de Caravaca la celebración del Año Jubilar In Perpetuum, que oficialmente cada 7 años, desde 2003, lo viene celebrando pero que, de manera excepcional, Juan Pablo II permitió que fuera de Año Jubilar, y con el único requisito de ir 3 personas, tambien se pueda conseguir la denominada “indulgencia plenaria”. Por lo que ya están en plena celebración de su Jubileo. Por lo que, en 2017 se celebrará el próximo Jubileo.
La propuesta del Camino de Levante recorre un legado milenario e incluye redescubrir, como antaño, el placer de viajar a un ritmo pausado y ameno, cruzándose con la gente local, sus costumbres y sus mejores platos culinarios.
El Camino de Levante se ha estructurado en cinco jornadas de de una media de 25 km cada una. En total, son 118 km de espiritualidad y autoaprendizaje. El Camino de Levante comienza en Orihuela (Alicante) y finaliza en Caravaca de la Cruz. Estas son las etapas más recomendadas:
- Orihuela - Murcia (24 km - a pie 6 horas, en bicicleta 2,5 horas): el Camino de Levante comienza cerca de la catedral del Salvador de Orihuela. La ruta remonta el río hasta Molina de la Ciudad, donde se atraviesa el río y se cruza la frontera con la Región de Murcia, en Beniel. Se puede hacer coincidir el comienzo de la peregrinación con la Semana Santa de Orihuela o las fiestas de Moros y Cristianos.
- Murcia - Alguazas (26 km - a pie 6,5 horas, en bicicleta 2,5 horas): en esta etapa se continúa orillando el río, dejando atrás Murcia y el Malecón (concebido para contener las crecidas del Segura). Durante toda la jornada se atraviesa la conocida Huerta murciana, los pequeños pueblos tradicionales, ermitas (como la de Nuestra señora de la Salud) y patrimonio popular (como la Rueda de la Ñora o de Alcantarilla). Podrás admirar la ingeniería de época musulmana, como las acequias que riegan la tierra, en el Azud Mayor de Murcia.
- Alguazas-Mula (26 km - a pie 6,5 horas, en bicicleta 2,5 horas): otra etapa intensa y hermosa. Recorre la Vía Verde del Noroeste, el antiguo recorrido del ferrocarril que ha sabido reconvertirse como corredor ecológico adaptado para todos. El paisaje varía entre la aridez y la frondosidad, un contraste que sólo puede contemplarse en la Región. Para ello deberás dirigirte hacia Los Rodeos, junto al río Mula, esto te permitirá conocer el antiguo asentamiento de Campos del Río, con sus casitas típicas de pueblo y un encanto especial. En Albudeite se requiere una pausa para admirar la iglesia de Nuestra Señora de los Remedios. Desde allí, el trazado vira en dirección Norte, hacia la antigua Estación de los Baños de Mula. Aquí, cerca del final, las aguas termales podrán suavizar y enternecer cuerpo y alma.
- Mula-Bullas (21 km - a pie 5 horas, en bicicleta 2 horas): es un imprescindible conocer el espectáculo de los tambores en la Semana Santa de Mula. Se acerca la recta final del peregrinaje y se aborda con la expresión verde de la naturaleza: cada vez más bosque, cada vez más montaña. El Camino de Levante bordea el Parque Regional de Sierra Espuña, símbolo natural de la Región de Murcia. En el Niño de Mula se suele descansar para tomar algo y conocer el Real Monasterio de la Encarnación, que alberga una de las astillas de la Corona de espinas de Jesucristo, la Santa Espina. Tras un evocador camino que cruza puentes y túneles construidos para que pasara el ferrocarril, llegarás a las extensiones de viñedos de Bullas, cuyo vino cuenta con Denominación de Origen propia.
- Bullas-Caravaca (21 km - a pie 5 horas, en bicicleta 2 horas): último día de peregrinaje, con el ánimo exaltado. El Camino de Levante, siguiendo la Vía Verde del Noroeste, está llegando a la meta: la Basílica-Santuario de Caravaca de la Cruz. Es el recorrido más montañoso de cuanto habrás visto hasta el momento, aunque sin demasiado desnivel. Tras cruzar el canal del Taiblilla llegarás a paisaje del Cristo del Carrascalejo: rincón donde los bullenses de fe celebran un besapiés el segundo domingo de Cuaresma. A la altura de Cehegín, y habiendo cruzado un paisaje rico en viñedos, te adentrarás a modo de despedida en la naturaleza boscosa que ampara al peregrino hasta la ermita del Escobar. Lo siguiente es el fin: Caravaca de la Cruz, el Santuario, las Fuentes del Marqués y la satisfacción de un peregrinaje intenso completado.
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