A orillas del río Árrago, en la Sierra de Gata, entre Sierra de los Ángeles y el Pico de la Almenara, Cadalso floreció entre las torres de dos castillos, donde se ahoracaban los musulmanes presos en tiempos medievales. Zona de flora mediterránea, de olivos, pinares y robles, Cadalso sobrevive gracias al cultivo de olivos, a la agricultura de altura y a la ganadería.
De perfiles dibujados por los campos de cultivos y por un relieve que empieza a recortarse abrupto, Cadalso ofrece a los amantes del senderismo la posibilidad de contemplar los colores de la Sierra de Francia en un lugar lleno de tradición y de grandes contrastes.
Valle tranquilo, marcado por los colores de los campos cultivados y por el abrigo cálido de las montañas, Cadalso será, sin duda, una buena opción para recuperar la esencia de lo natural.