Desde la Plaza de San Mateo, si se toma la calle Condes, se llega hasta la zona de los adarves. Los adarves son las calles adyacentes a la muralla, lo que también se conoce como camino de ronda. En Cáceres cinco calles conservan el nombre de adarves (Padre Rosalío, Santa Ana, Estrella, Obispo Álvarez de Castro y Cristo), si bien cuando se habla de "los adarves", generalmente se hace referencia a los tres primeros, que se encuentran seguidos, como si de una misma vía se tratara. Los adarves (del Padre Rosalío, de Santa Ana y de la Estrella) constituyen una calle en cuesta, con estrecheces y con pavimento de pequeños cantos.
En esta zona se aprecian el Arco de Santa Ana y Puerta del Postigo, la Torre de la Ved o del Postigo y la Torre de Santa Ana. En una pequeña plazoleta frente al Arco de Santa Ana se sitúa el Palacio de los Condes de Adanero. Conforme se van descendiendo los adarves, a la izquierda se encuentra la entrada a la Casa Mirón (Sede del Museo Municipal de Cáceres), y un poco más abajo a la derecha, está la Plaza de los Caldereros. Esta plaza, a la derecha de los adarves, está delimitada por dos edificios, uno frente al otro, el Palacio de la Generala y el Palacio de Ribera. Ambos edificios son la sede del Rectorado de la Universidad de Extremadura.
Enfrente de la Plaza de los Caldereros existe una pequeña puerta que da a unas escaleras que descienden hasta el Foro de los Balbos, delimitado por la Torre del Horno y la Torre de la Yerba, pudiéndose ver desde aquí el Ayuntamiento y la Plaza Mayor. Si se descienden completamente los adarves y se vuelve a la Plaza de Santa María, a la altura de la Casa de Moraga, es posible iniciar el paso por una zona de calles, callejones y callejas de la Ciudad Monumental de gran encanto. Aquí, en la Casa de Moraga, se inicia un eje formado por las calles Cuesta de Aldana y Olmos, situadas en línea recta, estrechas y tortuosas. Aquí se encuentran edificios tan importantes como la Casa del Mono, la Casa del Aldana, la Casa Mudéjar, la Casa de los Ovando Perero y la Enfermería de San Antonio. Finalmente, la pequeña plaza donde se encuentra la Enfermería de San Antonio desemboca en la unión de la calle Puerta de Mérida con el Adarve del Padre Rosalío, pudiéndose apreciar el Hospital de la Magdalena.
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