Broto es un municipio oscense de la comarca de Sobrarbe, situado en el Pirineo Aragonés sobre las aguas del río Ara que divide a la localidad en dos barrios. Su posición en el Pirineo, al oeste del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido y encabezando el Valle de Broto, convierte a la localidad en un lugar que ofrece espectaculares paisajes de montaña.
En el pueblo destaca la iglesia de San Pedro Apóstol, construida en el siglo XVI, que funde el estilo gótico aragonés con el renacentista y que destaca por su gran tamaño y por su torre defensiva almenada. También del siglo XVI son la Ermita de San Blas y la Ermita de San Clemente, muestra de la arquitectura tradicional que todavía se conserva en el municipio.
Broto ofrece las actividades propias del Pirineo y la cercanía a Ordesa y Monte Perdido pero también dispone de dos rincones naturales destacables en su municipio: los jardines de la ribera del río Ara y la cascada de Sorrosal. Además, la subida a la ermita de la Virgen de Morillo es una opción recomendada para los visitantes que deseen pasear.