Hay que decir que en este pequeño pueblo, sus habitantes cuentan con dos balnearios, separados por la carretera N-630 que une Gijón-Sevilla, la antigua "Ruta Vía de la Plata"
El primero, construido en el siglo II a.C. por los romanos, en el que militares, funcionarios romanos y sus habitantes disfrutaban ya de sus aguas para calmar sus dolores.
En 1630, con el Marqués de Montemayor, D. Juan Luis de Silva y Ribera, se reforman las Ordenanzas de estos baños del norte extremeño. Más tarde, en el S. XVIII, el Obispo Laso viendo la eficacia de estas aguas para aliviar los dolores, ordena facilitar los accesos al edificio, para que los usuarios tuvieran mayor accesibilidad a este.
En 1833 los ayuntamientos de Montemayor y Béjar cedieron a sus vecinos "Todos los derechos y acciones que les correspondieran o pudieran corresponderles sobre el manantial de aguas minerales" formando así una junta administrativa. De aquí en adelante, el balneario sufrió ampliaciones para poder de esta manera atender a los numerosos clientes que años tras años acudían aquí, llegando a la construcción del Gran Hotel.
En 1951 el Gobernador civil de la provincia de Cáceres suprimió la cesión de 1833 transfiriéndolo al Ayuntamiento de Baños como "órgano representativo de los vecinos".
En 1990 la Junta Administrativa fue restablecida por votación popular. Comenzando así la construcción del segundo edificio, una construcción moderna, a nivel europeo, equiparable con los mejores balnearios de España.
En una de las excavaciones realizadas en 1998, se encontraron piezas y bañeras de mármol, de la época romana, en la que en la actualidad, se utilizan para da tratamientos a los clientes y como decoración en el museo del balneario.
Las aguas del balneario se clasifican como sulfuradas, sódicas y oligometálicas y la temperatura de surgencia es de 43º C.
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