Muy cerca de la alcazaba se sitúan la porticada Plaza Alta, con sus características casas coloradas y el antiguo Ayuntamiento mudéjar, y la Plaza de San José, con las casas mudéjares (siglo XV), consideradas las más antiguas de la ciudad.
Las calles de la parte alta constituyen el corazón de la ciudad y se sitúan en torno a la alcazaba, la Plaza Alta y la Plaza de España, donde encontramos la catedral. Es muy agradable callejear por el centro histórico de Badajoz, lleno de bares y terrazas. Tapear es una costumbre extendida por toda España que se toma muy en serio en Extremadura y, particularmente, en Badajoz. Restaurantes y bares de la ciudad ‘compiten’ por ofertar las mejores tapas. Jamón, queso, anchoa, setas, aceitunas, croquetas, tortilla de patata, ternera, ensaladilla rusa, verduras, mejillones, paella… Cualquier ingrediente es bueno para sorprender al gourmet más exigente.
Badajoz forma parte de la iniciativa ‘Saborea España – Tasting Spain’, que une a varias ciudades para impulsar el turismo gastronómico y promover el Día Mundial de la Tapa, en septiembre.
El desayuno o, mejor dicho, la cultura de desayunar bien es otro aspecto que se cuida en la capital pacense. Numerosos bares cuentan con una amplia carta de tostadas con mantequilla, embutidos, cachuela, queso, paté, vegetales... Una de las más populares es la de pan de pueblo con un chorrito de aceite de oliva y jamón ibérico. ¡Una delicia!