Una de las manifestaciones urbanísticas más importantes de la España Romana es sin duda el conjunto de bóvedas, en parte habitado en la actualidad, que rodean el cerro de San Miguel, sobre el que se asiente el casco antiguo de Almuñécar, destacando especialmente el complejo abovedado denominado popularmente Cueva de Siete Palacios, y que en la actualidad alberga al Museo Arqueológico Municipal.
Una vez restaurado el monumento romano, se habilita éste como museo monográfico de la arqueología de la ciudad. Además de las piezas que se muestran fuera de las vitrinas, se pueden contemplar un conjunto de objetos a lo largo de once vitrinas que dan una visión de los restos de las diversas culturas de por Almuñécar pasaron.
En la vitrina nº 3 encontramos la pieza más importante que el Museo sexitano guarda. Se trata de un vaso cinerario egipcio, realizado en mármol, perteneciente al faraón Apofis I como lo indica el sello grabado en escritura jeroglífica en la parte superior. Sobre el borde gira un texto en el mismo tipo de escritura que dice: "El dios bueno, señor del Doble País, cuyo poder alcanza victorias totales y que no hay país exento de rendirle servicio, el Rey del Ato y Bajo Egipto, el hijo de Re (Apofis) dotado de vida, y la hermana real Charudyet, que sea dotada de vida".
Pieza única en el Mediterráneo y texto escrito más antiguo que se conserva en España. Perteneciente, posiblemente, a la necrópolis fenicia Laurita del Cerro de San Cristóbal, pudo llegar con los fenicios hacia el siglo VIII a. de C., aunque debió ser fabricado a finales del siglo XVII o principios del XVI a. de C.