La iglesia de Sant Martí se encuentra en el vecindario de Corsavell construida durante el siglo XII, situada en la vertiente oriental del Monte de Bassegoda, a la cabecera del valle de Corsavell. Se caracteriza por estar constituida por una sola nave, de la cual destaca la fachada de ponente.
El ábside es semicircular, está situado a levante y fue levantado a posteriori. Todavía se puede apreciar la cornisa y losa de la vieja cubierta. En las fachadas norte y sur hay un friso sencillo y una cornisa, a mediodía, una ventana y, en el interior, una cornisa corre los muros. La vuelta de la nave es de cañón apuntada mientras que el ábside presenta una vuelta de cuarto de esfera, y se abre a la nave mediante un gran arco triunfal construido con sillares de piedra. Está levantado respeto al nivel de circulación de la nave y presenta toda la cuenca del absis decorada con pinturas murales. Una cornisa recorre los muros laterales de la nave, en el punto donde se apoya la vuelta. Adosado también a estos muros hay un banco corrido de piedra.
El templo se ilumina mediante dos ventanas de medio punto abiertas al muro de mediodía de la nave. Al ábside, en el mismo lado meridional, hay otra ventana más simple.
Un elemento que se debe destacar es su interesante fachada. Sobresale la puerta y tres arcos en gradación, un friso que se extiende de norte a sur y un ventanal muy interesante de dos arcos en gradación protegidos también. Encima suyo hay una cornisa que divide el menaje en dos partes. Consta de otro friso superior en forma de ángulo cóncavo y el campanario de doble apertura.
La construcción es andamio en sillares de piedra escuadrados ligados con mortero de cal y dispuestos regularmente.