En el corazón de Extremadura, a sólo 18 kilómetros de Mérida, está Alange. Un pequeño pueblo de Badajoz donde los romanos dejaron en herencia una importante estación termal de la que todavía hoy brota agua con propiedades medicinales.
El balneario de Alange conserva las reliquias de la época, como dos termas circulares de techos abovedados que han sido declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.. A la época romana hay que añadirle la huella de los árabes, quienes fueron los responsables de nombrar como Alange (agua de Alá) al pueblo.
El agua es el elemento que nos acompañará durante todo el recorrido: en su clásico lavadero, donde hoy está ubicado el Centro de Interpretación del Agua; e incluso en su oferta deportiva, que gira alrededor del piragüismo, la natación, el windsurf, la vela y la pesca en el embalse de Alange.
Gracias a la variedad paisajística de sus alrededores, también se pueden realizar otras actividades como el ciclismo y la escalada.
Entre el patrimonio histórico de Alange hay que destacar el castillo de la Culebra, que se erige sobre lo alto del homónimo cerro y que fue utilizado para controlar el movimiento militar de la Vía de la Plata. En él hay aún se conservan las pinturas rupestres.
Otras visitas imprescindibles de Alange son la iglesia de Nuestra Señora de los Milagros, de estilo gótico-mudéjar; la ermita de San Bartolomé, levantada sobre una antigua basílica visigoda; y la de San Gregorio, que actualmente alberga exposiciones.
No te pierdas una visita a Alange, ya que ha sido seleccionado como uno de los mejores pueblos para hacer turismo rural.