En un lugar de la Mancha está Villanueva de los Infantes. En Campos de Montiel, más concretamente. Un pueblo que gracias al amor que le tuvieron algunos ilustres escritores como Miguel de Cervantes, Francisco de Quevedo y Lope de Vega, se convirtió en el foco cultural de la comarca.
Aunque Cervantes no quiso recordar su nombre, en el libro El lugar de la Mancha, los catedráticos Francisco Parra Luna y Manuel Fernández Nieto afirman que ese misterioso rincón es Villanueva de los Infantes.
El afamado Don Quijote y Don Sancho reciben inmortalizados al viajero en la Plaza Mayor de la villa. De planta rectangular, esta plaza del siglo XVII y estilo renacentista tardío acoge uno de los tesoros de Villanueva de los Infantes: la iglesia de San Andrés Apóstol.
El motivo de su interés se encuentra junto dentro, en una caja con un letrero que indica que allí están los restos de Francisco de Quevedo. El escritor madrileño falleció en el convento de Santo Domingo de Villanueva de los Infantes el 8 de septiembre de 1645. Aquí es donde residió los últimos años de su vida.
El convento de Santo Domingo está abierto a las visitas, que pueden adentrarse en las dependencias donde vivió el escritor. Allí aún se conservan algunos muebles como la cama, su escritorio y algunos enseres.
Otras maravillas religiosas que se pueden visitar en Villanueva de los Infantes son la Casa Rectoral, situada en la Plaza Mayor; la iglesia de la Trinidad y la ermita del Cristo de la familia.
Volviendo a Miguel de Cervantes, esta villa de Campos de Montiel no sólo le dedicó una de sus calles principales, sino que si la recorremos podemos llegar hasta la casa del Caballero del Verde Gabán, donde vivió el autor.
La casa aparece citada en uno de los capítulos de Don Quijote de la Mancha. De ella destaca el patio manchego, muy característico en el resto de viviendas de la villa como la Casa de los Estudios (del siglo XVI), la Casa de Santo Tomás, la Casa de Don Manolito y la Casa del Arco.
Otros edificios que por su historia y belleza también merecen una visita en Villanueva de los Infantes son el hospital de Santiago, de origen medieval; y la alhóndiga, donde te llamará la atención el patio porticado.
Aunque los clásicos del siglo de Oro parecen revivir en Villanueva de los Infantes, este pueblo manchego también cuenta con espacios modernos. Por ejemplo, el Mercado: el Museo de Arte Contemporáneo, donde se exhiben pinturas, esculturas y fotografías de los artistas más representativos del arte español de los siglos XX y XXI.
Para adentrarnos en sus orígenes e historia, entonces será imprescindible acercarse hasta el campo de sus inmediaciones, donde están los yacimientos arqueológicos de Jamila.
Delicias manchegas
Un viaje por la Mancha no estaría completo sin su gastronomía. Su queso manchego destaca por su calidad; además de sus vinos, con Denominación de Origen la Mancha; y su aceite, de Denominación de Origen Campos de Montiel. El resto de embutidos también tienen bastante fama.
Entre sus platos más representativos de Villanueva de los Infantes están las perdices, el lomo a la orza, el cordero manchego, los duelos y quebrantos, las migas, el pisto manchego, los galianos y los huevos a la porreta.