Valverde de los Arroyos se encuentra en la provincia de Guadalajara. Para muchos siempre forma parte de las listas de los pueblos con más encanto de España. Y es que se trata de una hermosa localidad de arquitectura negra, con un núcleo urbano lleno de construcciones de piedra, madera y pizarra.
Además, su entorno natural lo convierte en un destino perfecto para el turismo rural.
Un paseo por Valverde de los Arroyos
Un recorrido por las pintorescas calles de Valverde de los Arroyos nos hará transportarnos a un lugar en el que parece haberse detenido el tiempo, con una arquitectura cuidada y restaurada respetando el estilo original. Esta localidad forma parte de la ruta de los pueblos negros de Guadalajara. La pizarra, en la que contrastan los geranios que decoran las fachadas, es la gran protagonista de las construcciones del pueblo. Cualquier rincón de este municipio es susceptible de ganar un premio de fotografía.
Su plaza tiene un encanto especial. No pasa desapercibida su iglesia parroquial de San Ildefonso (siglo XIX) por su estilo típicamente serrano y su cruz procesional de orfebrería renacentista (siglo XVI). También es destacable la ermita de la Virgen de Gracia (siglo XIX), construida junto al cementerio con la ayuda de los hijos del pueblo, misioneros en Filipinas. Y en el Museo Etnográfico podremos entender la importancia de la artesanía textil en Valverde de los Arroyos, que hasta el siglo XX tuvo un telar tradicional que trabajaba con hilo de lana.
Valverde de los Arroyos y su entorno natural
El entorno natural de Valverde de los Arroyos será el broche de oro de nuestra escapada rural. Allí se encuentran las chorreras de Despeñalagua, unas cascadas que surgen del arroyo de la Chorrera y tienen un salto de agua continuo de 120 metros de altura. En época de deshielo impresionan por su caudal y en invierno por encontrarse completamente heladas.
Los apasionados del senderismo podrán partir desde allí hacia el pico Ocejón a través de una multitud de rutas.
Cerca de allí, el Parque Natural de la Sierra Norte de Guadalajara (125.772 hectáreas) comprende hasta 35 términos municipales. Su relieve es muy accidentado y conforma diversas sierras y macizos por donde pasan los ríos Jaramilla, Jarama, Lozoya, Sorbe y Bornova. En este parque pueden observarse águilas perdiceras, lobos, corzos, tejones, nutrias o gatos monteses. Además, posee tres espacios naturales protegidos que no podemos olvidar:
- Hayedo de Tejera Negra. Creerás estar en un cuento por el colorido que el musgo crea en este silencioso hayedo (el último al sur de Europa). Sobre todo en otoño, su colorido es espectacular. Por la nieve permanente, no es recomendable acudir en invierno. Existe una ruta circular señalizada para realizar en bicicleta y dos rutas circulares para realizar a pie: la Senda de Carretas y la Senda del Robledal.
- Pico del Lobo Cebollera. La abruptidad del paisaje, entre altas crestas y profundos valles, te dejará sin aliento. Sus aguas heladas, sus árboles eurosiberianos y sus formaciones glaciares te permitirán hacerte una idea de cómo fue la Edad de Hielo.
- Reserva Fluvial del río Pelagallinas. Las plantas carnívoras son su principal atractivo. Podrás recorrer esta pintoresca reserva realizando la Ruta de la Cueva del Oso.
¿Qué ver cerca de Valverde de los Arroyos?
Una fantástica opción para enamorarnos de Guadalajara es recorrer la Ruta de los pueblos negros: Tamajón, Almiruete, Palancares, Campillejo, El Espinar, Robleluengo, Roblelacasa… Los más destacables son:
- Majaelrayo. Este maravilloso pueblo, situado a 1.185 de altitud, te seducirá no solo por su arquitectura negra popular, sino también por el enclave natural en el que se sitúa.
- Campillo de Ranas. Este pueblo, situado a 1.100 metros de altitud, está compuesto por varias pedanías con vistas al pico Ocejón, en el que pueden realizarse varias actividades de turismo activo.
¿Qué comer en Valverde de los Arroyos?
Conscientes de su atractivo para el turismo rural, existen muy buenas opciones para comer en Valverde de los Arroyos. Los platos de matanza y los cortes de carne como el solomillo o el chuletón son los protagonistas en los fogones de esta localidad. Tampoco la huerta se queda atrás con las judías con chorizo. Y de postre nos quedamos con las albóndigas en dulce (de requesón, huevos y azúcar) o los típicos bizcochos borrachos.