Como si de una alfombra en el umbral de tu casa se tratara, la localidad de Torla lleva escrita esta promesa en la frente y te da la bienvenida a todo lo que custodia en sus entrañas y tras sus espaldas, como buena puerta que es de este parque natural.
Sus casi 300 habitantes harán que te sientas como en casa, pese a que una serie de enfrentamientos con los franceses hicieron que se ganaran (alrededor de 1512) la fama de “bravos”. Los encontrarás en lo más alto de Aragón y de la provincia de Huesca. Rozando la frontera con Francia.
Puedes aproximarte un poco desde el aire, aterrando en los aeropuertos de Huesca-Pirineos (a 1 hora y 30 minutos) o Zaragoza (a 2 horas). Y podrás acabar de salvar distancia en autobús. Con tu coche, deberás seguir las carreteras A-23/E-7 (por Aragón) o A-22 (desde Lleida) y N-260.
Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido
(Una vez lo encuentres, te costará soltarlo...)
Declarado patrimonio mundial, este parque natural lleva por corona los 3.355 metros del macizo del Monte Perdido, que está abrazado por cuatro valles: Ordesa, Pineta, Añisclo y Escuaín. Agudizando la vista (sus 2 metros de envergadura te lo pondrán más fácil), podrás cazar al vuelo más de un quebrantahuesos, que gustan de sobrevolar las altas cumbres.
Ordesa está en el top de sus valles más visitados y guarda entre sus verdes paredes la pintoresca población de Torla. En el Centro de Visitantes del Valle de Ordesa te indicarán por dónde puedes moverte y el Centro Sensorial Casa Oliván te revelará los secretos del valle a través de todos tus sentidos.
También te maravillarán las bellas gargantas de Añisclo y Escuaín (se accede desde Escalona), la cascada del Cinca, el carnaval de Bielsa, el bosque del Chate con sus tonalidades otoñales…
Derechitos a Torla
Dentro de la comarca del Sobrarbe, la población se mantiene bien hidratada gracias al río Ara y a buen recaudo con el imponente macizo de Mondarruego (2.848 metros).
La arquitectura típica del Pirineo se aferra tozudamente en su reconstruido casco urbano, pese a la destrucción que trajo consigo el paso de la Guerra Civil.
Sus calles estrechas y empedradas te conducirán a la soberbia torre-campanario de la iglesia de San Salvador, al Museo Etnológico, al Museo de Amigos del Bucardo (un animal singular del Pirineo ya extinguido) y a edificios señoriales como la Casa Viu y la Casa Oliván. En distintas fachadas verás escudos infanzones, leñeros alzados, bonitos tiradores...
¿De dónde viene su nombre?
Torla proviene de torre, refiriéndose a la que defendió esta localidad y todo el valle de los ataques de los franceses en el siglo XV, durante el reinado de Juan II de Aragón. Esta fortaleza se ubicaba donde a día de hoy se encuentra su iglesia románica: en lo alto de una gran roca que se traga a los vehículos que se adentran, por carretera, en su túnel.
Tras la Cola de Caballo (y otras aventuras)
La Ruta Pradera de Ordesa-Cascada de la Cola de Caballo (17,5 kilómetros, 5 horas y 40 minutos; ida y vuelta) es apostar por una combinación ganadora repleta de hermosas cascadas. En temporada alta, unos autobuses que salen de la entrada de Torla te llevarán al punto de inicio, pero también podrás alcanzar la cascada con tu coche cogiendo un camino hacia el refugio de Góriz.
¿Quieres más excursiones? Sube hasta el pico de Monte Perdido desde Ordesa (unas 11 horas, ida y vuelta) o sigue la Senda de los Cazadores (unas 9 horas; ideal en otoño). Ambas son peligrosas con nieve.
Pero hay otras modalidades en el cajón de turismo activo:
- Cicloturismo: apuesta por la senda del Cebollar o la ruta variopinta de Yosa y Linás (30 kilómetros).
- Excursiones en 4x4: enlaza los miradores de Ordesa, recorre el valle del Sorrosal...
- Alíate con el río Ara (uno de los últimos ríos vírgenes del Pirineo) para practicar barranquismo o rafting en sus 6,5 kilómetros de fuertes rápidos entre Torla y Broto.
- Deslízate por la nieve con raquetas o haciendo snowkite (arrastrado por un cometa sobre una tabla de snowboard).
Lengua y tradición
Hay otras riquezas por estos lares, y no todas se perciben a simple vista: oirás hablar aragonés, lo que da matices distintos a la cotidianidad vivida.
Con él, los habitantes se referirán a sus chamineras (en lugar de “chimeneas”), que verás adornadas con espantabrujas, unos elementos muy propios de las tierras altoaragonesas: desde cruces y piedras hasta seres aterradores que evitan que se cuelen bruxas a través de estos agujeros humeantes en los tejados.
Como no hay plan A sin plan B, era costumbre poner amuletos mágicos en el fogaril de los hogares, o unas tenazas abiertas en forma de cruz. Todo un punto de partido en esta lucha contra el mal.
¡Danzas, romerías y carnaval!
A los torlenses les encantan las danzas, y lo demuestran cada 12 de octubre rindiendo honores a la Virgen del Pilar con estas tres:
- El palotiau, que simula una lucha con palos (de boj o avellano) para hacerse con el control de mugas y pastos de montaña.
- Una jota (más calmada que la popular aragonesa) que muestra las reuniones nocturnas de pastores para proteger los rebaños.
- El repatán, un baile muy alocado (y agotador para los propios danzantes) en el que el mismo público se encuentra haciendo de ganado.
También están más que satisfechos de su carnaval, en el que un cazador atrapa un demonio burlón y, acompañado de charanga, lo pasea por las casas, donde se reparten buñuelos, empanadas de membrillo, rosquillas y vino rancio. Todo acaba con un juicio de lo más divertido.
Las tradiciones, además, mandan ir de romería. Se conservan estas cuatro:
- San Antón (17 de enero), protector del ganado. La ermita está a 2 kilómetros de Torla.
- San Miguel (8 de mayo), que cuida de los campos. La ermita está cerca del municipio de Fragen.
- Santa Elena (mayo), matrona de Torla. Se cantan gozos a la santa.
- Santa Lucía (13 de diciembre), protege la vista. Tras la misa se reparten tortas bendecidas y vino.
Manjares del Pirineo Aragonés
Te suelto unos cuantos del tirón, cual camarero. ¿Qué elegirías?
- Ensalada de trufas
- Farinetas
- Sopa de pastor
- Migas
- Cocido de tortetas con arroz
- Tortilla con miga de pan
- Cordero estofado
- Guiso de jabalí con trufas
- Truchas al horno o con jamón
- Crespillos de borraja, calabaza y sesos
- Pastillos de nuez y calabaza