Ahora vas a viajar a este pequeño pueblo castellanoleonés, al sur de la provincia de Ávila. Por donde discurren el río Tormes, afluente del río Duero, y la sierra de Gredos, bautizada por Unamuno como “el corazón pétreo de España”. Junto al Barco de Ávila y Navarredonda de Gredos, Hoyos del Espino es uno de los destinos favoritos del valle del Tormes. Enmarcado en cultivos, hermosas montañas, el lento pacer del ganado... ¿Te vienes?
Para salvar distancias podrás valerte del aeropuerto de Salamanca (a 1 hora y 35 minutos) o el de Madrid (a unas 2 horas). O llegar hasta esta última ciudad en tren o AVE (estaciones de Atocha y Chamartín) y completar la ruta en autobús o coche siguiendo las vías AP-6 y N-502. Otra opción será coger un tren hasta Ávila y luego un autobús.
Tus altos en el camino
Uno de los espacios que hay que visitar es el santuario de Nuestra Señora del Espino (de estilo gótico), que guarda un retablo herreriano y una talla románica de la Virgen. En la calle que sube hacia este templo, encontrarás uno de los cruceros góticos que mejor se apuntalan en la comarca. Más en el centro del pueblo, los feligreses también cuentan con la capilla del Sagrado Corazón.
En las afueras del pueblo, el puente del Duque cruza el río Tormes permitiendo el fluir de la carretera de la Plataforma de Gredos, que va a internarse de lleno en la sierra. Al inicio de esta carretera y junto a un monumento a la cabra montés (una de sus especies más características) te espera una caseta de información turística para guiarte por el pueblo y descubrirte multitud de rutas.
Muy cerca podrás medir tu equilibrio y osadía en el parque de aventura en los árboles Pinos Cimeros y pegarte un remojón en una piscina natural. Aunque si se trata de baño tienes estas otras zonas emblemáticas: Valdeascas, las Chorreras y el Pozo de las Paredes (ya en Navacepeda de Tormes).
Curiosidades
Si eres de los que gustan de hacer trabajos de campo, puedes proponerte averiguar por qué, según tradición popular, los habitantes de estas tierras además de llamarse hoyancos son conocidos como culones.
Otro enigma es descubrir la relación que guardan los elementos del escudo municipal con la población: un pino con una sierra, tres ruedas de carro y dos bandas azules ondeadas. Nos hablan de recursos y actividades tradicionales de la zona: el río Tormes, las extensiones de pinos silvestres, la extracción de madera y su transporte.
¿Qué te va a encandilar de la sierra de Gredos?
- Su festival de desniveles, gargantas, riscos… con la cabra hispánica como anfitriona.
- El circo de Gredos, corazón del parque, donde se extiende la laguna Grande y sube hasta tocar el techo el pico de Almanzor, el punto más alto.
- Conocerla paso a paso. Para ello tienes hermosas rutas, como la Senda del Puerto del Peón, que te llevará de Reguero Hornillo al refugio de Domingo Fernando (11,7 kilómetros, ida: 4 horas y 20 minutos).
- Las Rutas Arqueológicas de los Vetones. Seguirás el rastro de este pueblo prerromano visitando los castros de las Cogotas (Cardeñosa), el Raso (Candeleda), la Mesa de Miranda (Chamartín) y Ulaca (Villaviciosa, Solosancho) y los Toros de Guisando.
- Las estampas primaverales de postal desde los pueblos del Arenal o el Hornillo: cerezos floridos con las montañas de Gredos cubiertas de nieve al fondo. Y el amarillo intenso que cubre la sierra durante el Festival del Piorno en Flor, con medio centenar de puntos para admirarlo.
- Dar rienda suelta al turismo activo. Por ejemplo, en Guisando, escalando. O recorriendo los puertos de Peñanegra y Serranillos sintiéndote uno más de la Vuelta Ciclista. O dejándote ir en parapente en Pedro Bernardo, conocido como "el balcón del Tiétar". O haciendo piragüismo en el embalse del Rosarito (Candeleda).
- Sus cielos nocturnos, bien oscuros, que podrás disfrutar desde miradores estelares en distintos municipios.
- Y seguir mirando al cielo, pero ya si eso mejor de día, para contemplar el apacible vuelo de las aves.
Para no perderte ningún detalle del entorno puedes acudir a las casas del parque Pinos Cimeros (Hoyos del Espino) o El Risquillo (Guisando). Dispondrás de cámaras con panorámicas de la sierra y que te enfocarán todo tipo de fauna, desde cabras a grandes rapaces.
Música, festividades y naturaleza
Un buen escenario (Hoyos del Espino), un inmejorable telón de fondo (la sierra de Gredos) y grandes artistas nacionales e internacionales (con los precedentes de Bob Dylan, Dolores O´Riordan, Pet Shop Boys...) son los componentes que cada año desde 2006, generalmente en julio, configuran el Festival Músicos en la Naturaleza.
Pero al margen de esta cita, hay otros dos momentos ineludibles en su calendario festivo:
La Venerable María Jesús del Espino (14 de mayo) trae consigo una misa y una procesión, baile y juegos populares como el de la calva y las cintas, en el que un jinete tiene que coger una cinta que queda colgada.
Las fiestas patronales en honor a Nuestra Señora del Espino (8 de septiembre), por otro lado, se nutren de oficios religiosos, conciertos y otras muchas actividades, como los tradicionales partidos de fútbol entre solteros y casados.
La cocina de la sierra de Gredos y el valle del Tormes
La sierra de Gredos y sus distintos hábitats dan lugar a una gran variedad de setas: ¡más de 100 especies diferentes! Podrás disfrutarlas siguiendo distintas rutas micológicas. No todas son comestibles, claro está, pero tendrás garantizada una sinfonía de sabores, sobre todo en los guisos.
Aunque la reina de esta gastronomía serrana es la ternera de Ávila, que suele presentarse en forma de guiso o de chuletón acompañado con un buen séquito de judías del Barco de Ávila. En otros platos verás desfilar embutidos ibéricos, migas, sopa castellana, sopa de ajo o de calducho, potaje, patatas revolconas con torreznos, escabechados castellanos, cochinillo en cochifrito, cordero asado, carrillada estofada, manitas de cerdo, conejo a la cazadora, jabalí guisado, truchas del río Tormes fritas…
Y, entre los postres, lloverán torrijas, perrunillas, huesos de santo, rosquillas de sartén, sequillos, mantecados en aceite, yemas de Ávila y hojuelas de miel.