Mas Sort de Boix

Todo perfecto

Maria Jose Ubeda

Fuimos con el bono viaje y estuvimos muy agusto, fue como estar en tu propia casa. La dueña fue muy atenta y amable, pedí la media pensión y la comida era casera y estaba deliciosa. La casa está en perfecto estado y el entorno está en plena naturaleza. Es un lugar idílico para ir en familia, amigos o pareja.

Sensación agridulce

RAMON HERNANDEZ VILLAR

Pese a que la casa cumplía con la información recogida en la página, volvimos a nuestro domicilio con una gran decepción por el servicio extra que nos ofreció la anfitriona. Ofrece la posibilidad de adquirir una cesta con productos típicos, por la que cobró 125 € (se adjunta foto), y los productos recibidos, en ningún caso, se correspondieron con dicho valor. En conversación telefónica con la anfitriona, tras enviarle la foto de los productos, reconoció que la cesta no correspondía con el valor cobrado y, que en breve, nos haría llegar una cesta que compensase la diferencia. Tras un mes de espera, seguimos esperando la cesta o un mensaje de la anfitriona. Resumiendo, la estancia en la casa fue muy acogedora, quitando que el acceso a la misma es un poco complicado, ya que se encuentra en un enclave agrícola, sin embargo, no recomendamos la adquisición de la cesta con productos típicos de la zona.

Un lugar maravilloso, bonito y con muchas actividades y rutas

Marcel Bernabéu

Un lugar mágico, con una casa grande, espaciosa, acogedora y con vistas a dos valles preciosos y silenciosos el los que, a veces se ven águilas. En medio de una de las mejores rutas seguramente de toda la zona: la cova del Bovalar, con un final tan espectacular que nunca se te podrá olvidar. Estamos al lado de unos pueblos preciosos y de muy buen comer. Cuesta un poco de salir, pero cuando sales, si tienes algún plan, merece la pena. Ana es la mejor anfitriona que he conocido, porque es amable, generosa, aplicada y siempre está ahí para cuando la necesitas. Ha sido una de las mejores experiencias de toda mi vida. 100 por 100 recomendable. Si decidís ir, os prometo que no os arrepentiréis. Muchos besos, adiós.

Viaje al pasado, viaje al futuro

óscar Bernabéu

He pasado este mes de agosto unos días fabulosos en Sort de Boix con mi familia. Muchas son las cosas que podría reseñar: desde la amabilidad y disponibilidad de la propietaria, Ana, hasta la bonhomía de las gentes que habitan en esa comarca o la belleza de sus paisajes. Para los que habitamos en ciudades, tener la oportunidad de escuchar tus pasos y, en ocasiones, hasta el rumor tranquilo de tus pensamientos, es un regalo que no esperas y que no tiene precio. Pero de todo lo allí vivido hay algo que es lo que me ha resultado más fascinante, por cuanto tanto la casa como el territorio donde se halla son tanto un viaje al pasado como un viaje al futuro. El primer viaje apenas requiere explicación: desde la humanización de sus montañas hasta el simple urbanismo de sus pueblos (Culla, Benassal, Ares o Torre d'en Besora, por citar algunos) nos evocan otros tiempos en los que nada cuesta sumergirse y que suponen una invitación constante a activar ese mecanismo grandioso que todos poseemos, aunque a veces se nos olvide, al que llamamos imaginación. El segundo viaje, el del porvenir, nace de la convicción de que cierta vuelta a lo más elemental y simple, en el mejor sentido de la palabra, es imprescindible para todos, como si resultara acuciante sacudirnos el polvo de las complicaciones innecesarias. Y todo esto te lo da este lugar, como si más que una vacaciones estuvieras curándote, como si más que unos días de descanso hubieras encontrado, en cierta forma, un modo de crecer. Gracias a Ana y a Sort de Boix por permitir que todo esto sucediera.