La Pasadía

Justo lo que esperábamos!!

Pablo Boronat

Nos ha encantado estar en esta casa. Una pena no haber podido estar todo el tiempo que teníamos planeado pero el lugar es una maravilla. Gracias a Ana, su marido y sus hijas por su amabilidad y hospitalidad!!!. Esperamos poder repetir pronto!!!

Paz y tranquilidad en un entorno idílico

Julio Larrodera Sánchez

Paz y tranquilidad absolutas en un entorno idílico. Hemos dormido de maravilla. Ana y su marido muy diligentes y amables. Nos han obsequiado con leche fresca de sus vacas, riquísima. La casa muy limpia y bien equipada. Hemos estado con nuestra gata y ha disfrutado muchísimo en el jardín. Encantados con todo. Recomendamos la Pasadía completamente.

Una casa en un enclave maravilloso

Beatriz

Hemos estado una semana aquí con mi hijo y mi nuera embarazada y con pena me voy. Un sitio y una casa preciosa donde despertar y desayunar mirando y escuchando los sonidos de la naturaleza es un regalo. Y con nosotros, nuestros perros que han disfrutado muchísimo. Había leído las opiniones repetidas (con una hubiese bastado, a mi entender ) de unas chicas de "ratas" y "pulgas" y aunque no las creí porque las anteriores opiniones eran estupendas, llamé antes de venir por si acaso para asegurarme que todo estaría bien. Viendo esto ahora, esta claro que "ratas" aquí desde luego no debe haber por el tipo de naturaleza y lo de las pulgas, pues no se pero yo he visto la casa impecable, muy bien equipada y sobretodo con muy buena disponibilidad de su propietaria Ana, que nos trajo una botella de leche de sus vacas y nos dejó unos sobaos exquisitos. Así que, si quieres un lugar en el monte pero cerca de Liérganes, en medio de la naturaleza donde puedas venir con tus perros o sin ellos, recomiendo la Pasadia. Uno se va con las pilas cargadas!

Fin de semana nefasto

Verónica

No pongo menos de 0 estrellas porque no puedo. Cuando llegamos al sitio en cuestión podías apreciar que el sitio era bueno, en medio de la montaña, vistas excelentes, si las podías ver porque estaban al otro lado de la casa, tan apartado que no cobertura ni wifi había. Para la cobertura te tenías que salir de la casa y buscar la zona donde te pillara algo de datos. Aparentemente todo idílico. Nada más entrar en la casa podías notar la humedad, que, bueno, al ser una casa en Cantabria era entendible, pero es una humedad fría soportable si tienes calefacción, en cuanto se va la calefacción la temperatura cae en picado. Y a las 12 de la noche fue lo que pasó, que nos quedamos frías porque la calefacción se había apagado. Se lo dijimos a la mujer en cuestión y no nos puso solución, dijo que se pasaría al día siguiente. No me parecen formas, especialmente si vives a 5 minutos como nos demostró que vivía a 5 min. Pero el culmen no fue ese, el culmen fue encontrar por toda la casa cacas de rata, en el baño, en los platos de la cocina, en las almohadas de las camas, en las propias camas había pulgas, que nada más abrir la cama veías cómo saltaban. Y viendo este panorama, como es lógico, decidimos que ahí no podíamos quedarnos y llamamos a la señora, nuevamente. Al inicio no nos ponía ninguna solución, salvo cambiar las sábanas, pero eso, como comprenderéis, no era una solución para nosotras. Ese sitio necesita una desinfección para cumplir un mínimo de medidas higiénico -sanitarias. Como punto positivo, diré que al final decidió devolvernos la fianza que habíamos pagado.