De Sol a Sol

La piscina para los niños, es un punto a favor

Susana Prada

La casa está bien. Cama cómoda ( alguno puso alguna pega que solucionamos cambiando colchón) fuimos 16 personas ( adultos y niños) y resulta amplio el jardín con la mesa de fuera y el comedor interior. La cocina quizás si era un pelín justa, la nevera para tanta capacidad de personas resulta pequeña ( igual añadir un congelador adicional...) La tienda de enfrente nosotros sin problema, mucho ajetreo de peregrinos pero sin problema. Los tractores si q hacen bastante ruido supongo q ha sido puntual por ser época de hierba!!!! Nosotros fuimos a conocer el pueblo y sus tres bares ( peculiares) y creo q es importante: el pan si no se compra cuando pasa el panadero hay q ir al pueblo de al lado a 2,5 (Isar) Gracias x todo Samuel

Una casa muy poco cuidada

Gonzalo Gutiérrez

Hemos estado tres días en De Sol a Sol, y no repetiriamos. La casa estaría muy bien cuando se inauguró, pero ahora no está en muy buenas condiciones. Las puertas de todas las duchas están desencajadas, hay ventanas que no cierran, la nevera no tiene varios cajones y baldas, la barbacoa está destrozada... Le falta mucho mantenimiento para poder estar a la altura del precio que tiene. Además, enfrente tiene una tienda que desde las 8 de la mañana pone música en la calle y despierta a las habitaciones de ese lado, incluso los domingos.

Estancia muy agradable

Soledad Mena

Cama cómoda y entorno muy agradable. Mesa al aire libre donde compartir una comida, un jardín donde leer aprovechando el silencio del pueblo y una piscina para refrescar las cansadas piernas de peregrina.

Casa acogedora, amplia y bien equipada.

Francesc Prat Quintana

Eramos 9 personas y 4 perros que hacíamos El Camino. Estuvo todo el día lloviendo y teníamos ganas de llegar y recuperarnos. Fue perfecto. Samuel nos esperaba con la casa a punto. Legada algo tumultuosa por el número de personas que éramos, pero enseguida nos ubicamos. Secarnos primero para no ensuciar demasiado la impecable casa, ducharnos después para reconfortarnos, poner lavadoras a destajo para recuperar la ropa. Un salón amplio para descansar. Un televisor para los adictos. Una buena conversación. Los perros encantados. Dejó de llover y salieron al jardín interior, corretearon y se distrajeron. A la noche, la calefacción se comportó perfectamente y, por la mañana, Samuel nos sirvió el desayuno. Qué placer!. Él es muy amable, atento y servicial. Su experiencia peregrina se nota en el servicio que presta. Muchas gracias. Francesc