El hombre que alimenta a los ciervos de su mano

Pepe, el propietario de la Casa Rural Los Galápagos (Viso del Marqués, Ciudad Real), es capaz de dar de comer de su propia mano a los ciervos que se acercan a su alojamento. Le ha costado tres años conseguirlo.

Y la perra amamanta a los jabalís. Locura. Pepe es un apasionado de la vida en el campo. Ha crecido en él y ha conseguido un equilibrio (¿perfecto?) entre sus necesidades, las de su negocio y el entorno. Lo de esta casa rural es alucinante.

El propietario de la Casa Rural Los Galápagos disfruta de la naturaleza. La cuida y trasmite su sabiduría a los que lo deseen. Se ha ganado el afecto de los ciervos, pero también de sus clientes.

No sólo le da de comer Pepe a los ciervos, también grandes y pequeños que llegan a pasar un fin de semana extienden su mano al animal.

Aquí la integración con la vida rural es total: comer los platos caseros con productos del campo, recoger los huevos del corral, refrescarse en la piscina, observar sin peligro el trabajo constante de las abejas en el salón de la casa y la simbiosis creada entre el propietario y la fauna del lugar.

Las historias dan la dimensión de las cosas recientes: «Ibamos a buscar el agua con borricos a las albercas y arroyos; y la calefacción era simplemente la lumbre de una chimenea. El aire acondicionado, la sombra de una encina. Aquellas gentes me enseñaron a cazar y a conocer los secretos que esconde el campo, para sobrevivir en él. Y en él sigo», dice Pepe.

Así es el hombre que da de comer de su mano a los ciervos y que regente una casa rural. Humilde, especial.

Hay cierto placer en ver correr a los conejos por el olivar. También lo hay en ver cómo se adapta la vida rural a los ritmos naturales, con una serenidad que no conocemos en las ciudades.

Más información | Casa rural Los Galápagos