Que las grandes marcas de lujo como podrían ser Chanel o Gucci confiaban en las empresas peleteras de Ubrique para confeccionar los bolsos que después colgarían de las muñecas más ricas del mundo era un secreto a voces. Los contratos de confidencialidad se cumplían a rajatabla aunque, acudiendo a la terminología popular que siempre da en el clavo: “Al final, todo se sabe”. Pero en 2020 se publicó una noticia que confirmó los rumores: la famosísima firma Louis Vuitton levantará una fábrica para producir sus productos de piel en el pueblo.
Como ha anunciado la prensa: “Será una de las empresas ubriqueñas más importante del sector de la piel a nivel andaluz, que cuenta con más de 700 trabajadores, la promotora de este proyecto y la que levante esta fábrica en el término municipal”. Es posible que, dentro de poco, los nuevos ejemplares del Speedy –el bolso icónico de la marca, estampado con su monograma y que, en un principio, fue concebido como bolsa de viaje– se fabriquen en esta pequeña localidad de la sierra de Cádiz.
Evidentemente la fama de la calidad del trabajo de marroquinería de Ubrique, que forma parte de ‘La Ruta de los pueblos blancos’ como Arcos de la Frontera o Prado del Rey, viene de lejos. De hecho, hay que remontarse a los tiempos de Al-Andalus, cuando el trabajo del cuero se desarrollaba en el sur de la Península con éxito. Los diferentes hechos históricos hicieron que esta actividad se moviese geográficamente pero, según la Escuela de Artesanos de la piel de Ubrique, en el siglo XVIII, el pueblo ya contaba con talleres de piel.
Incluso antes, a mediados del siglo XVII, durante la revuelta de los portugueses, Ubrique abasteció “de correas y talabartes para las armas, cinchas y pretales para las cabalgaduras, a las tropas relacionadas con la seguridad de los puertos indianos y atlánticos”, según datos de la Corona de Castilla.
Cuando en el siglo XVIII, ya con una industria artesanal más o menos establecida, empezaron a fabricar con éxito las petacas –estuches de piel que servían para guardar el tabaco– aparecieron talleres que ya recibieron el nombre de ‘peluquerías’. Así, el pueblo recibió el nombre de ‘Ubrique de las petaquerías’.
Así como el logo de Louis Vuitton es la enseña de la marca que se conoce en todo el mundo, los trabajos en piel de la localidad comenzaron a incluir el logo que les identifica como originales del sitio a mediados del siglo XIX. Desde entonces, el reconocimiento no para de crecer hasta hoy en día.
En 2008, Maribel Lozano decide poner en marcha el Museo de la Piel de Ubrique, que se instala en el Convento de Capuchinos del siglo XVII, para preservar la memoria de esta profesión. En su exposición permanente Manos y magia en la piel se pueden ver objetos ligados a la marroquinería que la directora ha ido recopilando, además de otros que ha ido recibiendo por parte de otros donantes. Así, el visitante puede conocer cuáles son las herramientas que los artesanos han ido utilizando a lo largo de toda la trayectoria de su oficio –como la popular ‘patacabra’–, bolsos y otras piezas ya elaboradas, muestras de pieles, fotografías o recuerdos de talleres.
Aunque sea una profesión artesanal y ‘antigua’, sigue generando mucho interés. De hecho, en la escuela se imparte un curso de 700 horas en el que se estudia patronaje, troquelado, corte o ensamblado, entre otras técnicas de la marroquinería. Está orientado a la formación profesional, pero también se puede apuntar toda persona que quiera aprender a trabajar la piel (y tenga tiempo para ello). La institución también edita el Manual del Petaquero, elaborado por Juan Enrique Gutiérrez López. Un libro de texto de 800 páginas en el que se explican todos los pormenores de la labor de la marroquinería.
Más allá de las compras en Ubrique
Casi se da por hecho que pasar por Ubrique es sinónimo de sacar la tarjeta de la cartera para adquirir alguna de sus joyas de marroquinería –las empresas del sector están intentando que se conceda la Indicación Geográfica Protegida (IGP) a su trabajo– pero también se pueden disfrutar de otros atractivos que ofrece la zona.
Ubrique se asienta en el Parque Natural Sierra de Grazalema, uno de los más importantes de la Península ibérica gracias, en parte, a su bosque mediterráneo conformado por encinas, alcornoques y quejigos y sobre todo, por la presencia del pinsapo. Se trata de una especie que viene de los abetos del centro de Europa y que en España solo se encuentra en el Parque Natural Sierra de las Nieves, en sierra Bermeja y en la de Grazalema. Así, los aficionados al senderismo pueden realizar diferentes rutas por la zona como la de la antigua calzada romana, que une Ubrique con el pueblo de Benaocaz.
La localidad es conocida, además de por su marroquinería y por las fachadas blancas de sus casas, por las vistas. Una de las mejores se consigue desde el mirador del Calvario, uno de los más famosos en parte por el esfuerzo que requiere subir la cuesta que lleva hasta él. En realidad solo es uno de los que integran La Ruta de los Miradores (apta para quienes no tengan miedo a ejercitar las piernas).
Las energías gastadas en el paseo son una buena excusa para sentarse a la mesa a recuperar el aliento y disfrutar de la gastronomía ubriqueña. Todos los pueblos de la sierra de Cádiz tienen sus propias especialidades y las de Ubrique son las migas y el potaje de acelgas. Los amantes del dulce pueden marcar la Semana Santa como fecha ideal para visitar la localidad ya que es el momento en el que preparan sus populares Gañotes. Se trata de una especie de rosquilla que, en lugar de ser redonda, tiene forma de espiral. Una delicatessen que bien merece una escapada.
Carmen López
Creo que cuando se menciona Ubrique inmediatamente lo relacionamos a la marroquineria, pues esta es una de las caracteristicas mas notables de este sitio. Me gustaria recomendar esta pagina la cual trabaja regida a los estandares de la marroquinería Ubriqueña. https://belltowerspain.com/