Los Pirineos son un sistema montañoso ubicado en el noreste de España. Su cordillera abarca aproximadamente 19.000 kilómetros cuadrados. Esta vasta región alberga numerosas rutas de senderismo y todo tipo de deportes de invierno. Además, cada experiencia estará repleta de paisajes naturales impresionantes. A continuación, te presentamos una selección con las rutas y los deportes de invierno más destacados para los amantes de lo rural.
Ruta hacia el Pico Anayet
Ubicado al extremo septentrional de Aragón, cerca de la frontera con Francia, el Pico Anayet es el destino de una travesía que abarca una distancia de 17 kilómetros con un ascenso y descenso acumulado que supera los 1000 metros. La caminata, que dura alrededor de cinco horas y media, comienza en la estación de esquí Formigal – Panticosa.
En los primeros kilómetros, los caminantes pueden contemplar el Pico Culivillas y disfrutar de la visión de pequeñas cascadas de cuento. La recompensa al final del recorrido es la cumbre del Pico Anayet, caracterizada por su aguda forma y tonalidad rojiza. Desde esta elevación de 2545 metros, se despliegan vistas espectaculares de la región.
A 30 minutos en coche, se encuentra Casa Turon, en Lanuza. Es un destino idílico para los amantes de la naturaleza y lo rural. Se encuentra abrazado por las montañas majestuosas de los Pirineos y su encanto rústico te transportará a un mundo de serenidad y belleza natural.Sus calles y casas de piedra conservan la esencia de la vida en el campo y cada rincón emana la autenticidad de la cultura rural aragonesa. Lanuza te envuelve en un ambiente tranquilo y apacible, donde el tiempo parece haberse detenido.
Barranquismo en el barranco Estribiella
Barranco Estribiella ofrece un descenso en un entorno natural excepcional que, desde una perspectiva paisajística, es simplemente fascinante. Las vistas panorámicas son espectaculares y se convierten en un regalo visual inolvidable. Eso sí, es importante ir acompañado de un guía profesional para poder experimentar la actividad con seguridad.
Este barranco se encuentra en el Valle de Hecho, justo antes de llegar a Selva de Oza. Antes de cruzar el río Aragón-Subordán, se inicia una hermosa aproximación de unos 75 minutos, con un ascenso continuo y vigoroso a través de un denso bosque. Para terminar, culmina en praderas alpinas impresionantes con vistas asombrosas de un valle glaciar.
El descenso se extiende por casi tres horas y presenta desafiantes rápeles, algunos de hasta 30 metros de altura, en un terreno resbaladizo. Tienes que comenzar en las planicies pirenaicas, avanzando por el lecho del cañón. Después, tienes que sortear pequeños toboganes y, pronto, el barranco se estrecha hasta alcanzar una primera sección vertical de 25 metros, oscura y confinada.
A lo largo del descenso, te enfrentarás a cabeceras de rápeles expuestos, desafiando nuestro control y nervios.
Al final de este emocionante viaje, un último y espectacular rápel llegará a una sección menos vertical. Se recomienda salir por la orilla izquierda del barranco. Desde aquí, una caminata corta de aproximadamente 20 minutos te llevará de regreso a los coches.
Para recuperar las energías después de uno de los mejores barrancos de los Pirineos, te recomendamos el alojamiento rural Borda Batista, un paraje mágico en pleno pueblo de Hecho. Se encuentra a tan solo 20 minutos en coche y es un entorno idílico para disfrutar de la noche pirenaica.
Ofrece dos encantadoras viviendas en el Parque Natural de los Valles Occidentales. Cada una tiene planta baja con cocina y salón, y planta superior con tres habitaciones. En el exterior, cuenta con una zona común para disfrutar de una buena barbacoa con vistas panorámicas espectaculares como telón de fondo.
La estación de esquí de Guils-Fontanera con su naturaleza impactante en los Pirineos
Guils-Fontanera se erige como una de las estaciones más exuberantes de los Pirineos Catalanes. Aquí las familias con niños pueden disfrutar de un amplio espacio para que los más pequeños aprendan a esquiar mientras juegan.
Después de una emocionante jornada en la nieve, te espera un tranquilo paseo por el encantador pueblo de Guils de Cerdanya. Allí, podrás deleitarte con una noche de pura satisfacción en Casa Milà.
Este pueblo es un rincón histórico y encantador en Cataluña, siendo ideal para quienes anhelan completar su experiencia rural. Este pintoresco pueblo ha sido mencionado en documentos de siglos atrás y su rica historia se entrelaza con la belleza de su entorno natural. Por la noche, el cielo se ilumina con estrellas, creando un escenario perfecto para la observación de constelaciones y la Vía Láctea.
En noviembre, los Pirineos ofrecen aventuras en la montaña y experiencias rurales únicas. Desde la ruta al Pico Anayet hasta el emocionante barranco Estribiella o la pista de esquí de Giuls-Fontanera, este sistema montañoso en el noreste de España brinda paisajes espectaculares.
Redacción ER