Tipis en el bosque inspirados en las tiendas de los nativos americanos
Escrito por
09.07.2021
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Los tipis son los tradicionales alojamientos de los pueblos nativos y nómadas de América. Tiendas de campaña con forma cónica con las que se movían por las grandes llanuras y que originariamente estaban realizadas con piel de bisonte y madera.
En la sierra de Gredos no hay nativos americanos, ni nómadas, pero sí tipis de madera mimetizadas entre pinos centenarios. Son del Glamping the Teepee, un campamento de lujo situado a orillas del río Ramacastañas desde donde descansar escuchando la corriente del agua, el crujido de las ramas y el piar de los pájaros. Además, está muy cerca de las piscinas naturales de Playas Blancas.
Glamping the Teepee es un lugar para desconectar del día a día y conectar con la naturaleza. “Está enfocado al ecoturismo, cuidamos del medio ambiente, de los animales y del entorno. Reciclamos todos los residuos, reducimos el uso de plásticos de un solo uso y muchos de nuestros muebles son reutilizados”, nos cuenta Elena Herrero, propietaria del proyecto.
A punto de cumplir los 30 años, esta joven enfermera de Ciudad Rodrigo (Salamanca) decidió dejar su carrera para abrir un alojamiento rural sostenible en plena naturaleza. “Llevo 4 años trabajando en la UCI, tres de ellos en Bristol y este último en España. Sin embargo, las condiciones laborales de los últimos meses en nuestro país, sumado a la falta de protección por la pandemia y las restricciones han hecho que haya perdido la ilusión por mi profesión. Me he planteado muchas veces dedicarme al turismo y este proyecto me ha devuelto las ganas de trabajar”, confiesa Herrero.
Aunque en Inglaterra ya gestionó el alquiler de un alojamiento, su inspiración le llegó después de que su pareja le regalase una estancia en un glamping (palabra utilizada para los campings de lujo) con casas en los árboles. “Tenía bañera exterior en medio de la nada y me enamoré”, dice. Tras investigar los diferentes tipos de alojamientos, en plena pandemia decidió compaginar su trabajo de enfermera en Madrid con el nuevo proyecto.
“La idea original era un poco diferente”, nos cuenta. “Iban a ser unos domos geodésicos con ventanales y quizá jacuzzi. De hecho, no lo descarto para dentro de unos años. Sin embargo, buscando terreno en la sierra de Gredos hubo un par de ayuntamientos que estuvieron interesados en mi proyecto. Mombeltrán, el pueblo al que pertenece nuestro glamping, nos ofreció este terreno para desarrollar nuestros domos y en él ya había unos maravillosos tipis montados”. Aunque en ese momento el lugar estaba en unas condiciones precarias y tuvieron que reformarlos.
Tipis y hamacas para ver las estrellas
Durante 4 meses, Elena Herrero y su pareja estuvieron acondicionando el lugar durante sus ratos libres. El resultado: 6 tipis de madera con cama matrimonial con colchón viscoelástico, mesitas de noche con lámparas de luces regulables, una pequeña zona de estar con dos puffs y una mesita, un mini frigorífico, hervidor de agua, tazas y cafetera para poder desayunar en la habitación sin necesidad de salir del tipi.
Cada cabaña de Glamping the Teepee dispone de stores en la puerta y en las ventanas para tapar la luz y dar intimidad. En las paredes del exterior hay dos hamacas para sentarse a desayunar o tumbarse a ver las estrellas durante la noche. Y los baños están en un edificio diferente, aunque son privados. Cada cabaña tiene el suyo propio con ducha.
En las zonas comunes hay un área con merenderos con luces y velas, hamacas, columpios y una zona chill out. También han construido una pequeña cocina con 3 fogones de gas, por lo que entre sus servicios se alquila un kit con lo necesario para cocinar al aire libre.
Cada tipi hace referencia a elementos de la naturaleza: aire, fuego, madera, tierra, agua y mineral, que están pirografiados en rodajas de troncos recolectados de la tormenta Filomena.
Cuatro de los tipis son para parejas, y dos cuentan con camas supletorias para viajar con niños. Debido a su ubicación, en un bosque al lado del río, los interiores son bastante frescos. Ideal para las calurosas noches de verano. “En otoño nos pondremos manos a la obra para que se pueda explotar en el invierno, con estufas, cerramientos, zona de fogatas, sauna y barbacoas…”, añade Herrero.
Glamping the Teepee acepta mascotas y, siempre que sean buenos, pueden correr sueltos por el bosque y darse un chapuzón en el río.
Piscinas naturales y deportes de aventura
A la entrada del campamento está la zona de Playas Blancas. Cuando se cierran las compuertas del río, el tramo más próximo a los tipis se convierte en una piscina natural donde poder refrescarse en los meses más cálidos. A 1 kilómetro también están las pozas de Felipe, una joya natural en forma de jacuzzi con cascadas. Podemos acceder a ellas tras una pequeña caminata. Las hay para todos los gustos: más profundas o más anchas. Eso sí, todas ofrecen unas increíbles vistas a la sierra de Gredos.
Por su ubicación, el lugar también es perfecto para realizar rutas por el monte o actividades de aventura. Glamping the Teepee trabaja con diferentes empresas que alquilan kayaks, quads, organizan actividades como el barranquismo, rafting y parapente, entre otras. Podemos visitar una bodega o ver el paisaje kárstico bajo tierra en las cuevas del Águila, a solo 10 kilómetros.
Para Elena Herrero, un fin de semana perfecto en Glamping the Teepee es: “Una rutita hacia las pozas con baño incluido, hacer una barbacoa y relajarse en las hamacas con un buen libro para desconectar del teléfono. No hay que perderse las cuevas del Águila, ni una rica cena en los restaurantes que sugerimos con terrazas llenas de plantas y vegetación. Y, como buena amante de los deportes, tampoco podría faltar un poco de kayak o de barranquismo en verano, y una ruta de senderismo o en bici en otoño y primavera”.
Aunque asegura que lo más importante siempre es la compañía. Por ello, en Glamping the Teepee ofrecen packs románticos, para disfrutar en pareja, y de cumpleaños. “Un 90% de nuestras reservas son una sorpresa. Han traído a otras personas o niños sin que supieran a dónde iban porque les apetecía sorprender al otro reservando en un sitio chulo”, dice Elena Herrero. Ojalá regalos así siempre.
Laura Fernández