Índice
La salinas no son fenómenos exclusivos de las costas. También las hay en el interior, como lo demuestra el Valle Salado de Añana, en Álava. Es un lugar sorprendente donde el viajero podrá llevarse en la memoria palabras como «diapiro» o «salmuera».
Diapiro es el fenómeno geológico que ha dado a Añana sus salinas. Hace 200 millones de años este valle fue parte del océano. Quedó bajo la superficie de un Añana seco la capa de sal kilómetrica, el testigo de los primeros tiempos, que vuelve a resurgir de las profundidades mediante los manantiales de agua salada, la salmuera.
El Valle Salado
La desecación del océano, pues, el diapiro, fue el origen del Valle Salado de Añana. Eso fue hace más de 200 millones de años, durante el periodo Triásico. Hoy sirve 260.000 litros de salmuera diaria.
Que la sal ha sido esencial para los hombres es una afirmación incontestable. Ha sido y es fundamental para la alimentación y la industria, y por su interés han llorado y reído, en guerras y paces, hombres de todos los tiempos. A la población de Añana ya la mencionaban en Roma con el topónimo de Salionca. En el s. XII, Haniana es una villa amurallada y de capital importancia para Alfonso I el Batallador.
Manantiales, canales y pozos
Se podría decir que el Valle de Añana está «naturalmente automatizado». Los manantiales suministran al exterior el agua salada de forma natural y a través de unos canales fabricados con troncos de pino, por efecto de la gravedad, se distribuye la salmuera.
Los pozos son los almacenes productores de sal. Durante unos meses al año se concentra toda la producción de sal de Añana y la distribución de la salmuera llega a los 848 pozos que hoy se disponen en el valle. Más palabras para el viajero, los tipos de pozos que encontrará: de boquera, calentadores o de encube.
La visita al valle salado de Añana
Por supuesto el Valle de Añana se puede visitar. Más de 5.000 eras en terrazas que ya construyeron los romanos dan mucho de sí y es una experiencia completa para conocer de primera mano la elaboración artesanal de la sal.
Se han establecido 4 recorridos diferentes para ello:
- Obras de restauración y manantiales. Desde el manantial de Santa Engracia la visita permite obrservar la emanación de la salmuera y el método de los salineros para distribuirla. (Duración: 1 h 30 min; precio: 5 €).
- La producción de sal. Descubrir el savoir faire de la antigüedad en la elaboración de la sal. Tras la visita podrás contestar a quien te pregunte cómo se transforma y recogen los restos de un mar de hace 200 millones de años. (Duración: 1 h 30 min; precio: 5 €).
- Taller lúdico: hazte salinero por un día. Llenar, revolver, recoger, entrojar… son las fases de la producción de la sal en el valle. Un espacio dedicado y un guía proporcionan los medios necesarios para convertirse por un día en un auténtico salinero. (Duración: 1 h; precio: 4 €).
- El Spa Salino de Añana. Pediluvio y maniluvio: espacios en los que introducir las extremidades del cuerpo y recibir los benefios terapéuticos de la salmuera y las aguas hipersalinas. Así se daban baños los antiguos salineros. (Duración: según necesidades; precio: 1 €)
Más información | Valle Salado de Añana
Escapada Rural