Sa Figuera Borda, la cala de Ibiza que solo conocían los pescadores
Escrito por
19.06.2023
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Parece imposible, pero aún existen sitios poco transitados en lugares tan populares como Ibiza. Mantienen ese privilegio por razones como su difícil accesibilidad o los esfuerzos de los vecinos por proteger algunos de los espacios que aún no han sido invadidos a la fuerza del turismo masivo. Uno de los primeros es Sa Figuera Borda, un rincón de la costa balear que quizá no se puede denominar cala pero sí puede ser utilizado como espacio de baño. Es decir, una rareza a descubrir.
Una de las principales características de este pequeño territorio de apenas 75 metros de largo y 10 de ancho es que acoge unas casetas varadero que los pescadores construyeron para guardar sus aperos de los envites del mar. Están situadas en un agujero en forma de arco que atraviesa la roca que compone el acantilado desde el que se baja al agua.
Llegar a esa orilla no es fácil debido a la grava y se recomienda llevar calzado adecuado, tanto para caminar como para bañarse. Los tonos azules y cristalinos del mar en esa parte son muy tentadores, pero hay que tener cuidado y no dejarse llevar por la pasión del remojón a lo loco.
Con el baño hay que ser precavidos ya que el fondo es de grava, aunque los aficionados al buceo o al snorkel pueden llegar a una zona en la que sumergirse a cierta profundidad.
Sa Figuera Borda, un lugar mágico para darse un chapuzón de día o ver la espectacular puesta de sol #Ibiza pic.twitter.com/NjQzPOMSOW
— Santjosep.net Ibiza (@Santjosepibiza) June 14, 2016
Está a solo 8,5 kilómetros del municipio de Sant Josep de Sa Talaia y desde su ubicación se pueden ver al fondo los islotes de S’Espartar y Es Vedrá. Está cerca de Platges de Comte, en el lado oeste de la isla. De hecho, para llegar a Sa Figuera Borda lo recomendable es llegar a dicho lugar y luego caminar unos 20 minutos en dirección al sur hasta llegar a esta cala rocosa.
Para acceder a ella, hay que bajar unas escaleras –cuidado, que están empinadas– que llevan a las casetas de los pescadores. También se puede ir en coche, pero es más engorroso y, además, el trayecto es agradable para hacerlo a pie. Asimismo, los privilegiados pueden llegar vía marítima, con una lancha o un barquito.
Aunque no es un sitio demasiado conocido, una rápida búsqueda en las redes sociales deja ver que tampoco es del todo desconocido. Además de las fotos de los visitantes posando con el agua fulgurante al fondo o las casetas de los pescadores (muchas veces decoradas con llamativos graffitis) también se puede comprobar que se imparten clases de yoga en el lugar, bastante adecuado para entrar en contacto con la espiritualidad, ciertamente.
El paraíso de Sant Josep de Sa Talaia
El municipio más cercano a Sa Figuera Borda es Sant Josep de Sa Talaia (o San José) que destaca, entre otras cosas, por estar situado a 475 metros sobre el nivel del mar. Desde él se pueden obtener unas buenas vistas de la isla dentro de lo posible. Está considerado como uno de los pueblos más bonitos de Ibiza gracias a la conservación de muchas de las casas de estilo tradicional. Las paredes blancas abundan en sus calles.
Además, no se mantuvo impermeable al espíritu hippie que hizo famosa a la isla –antes de la llegada de la Jet Set y las fiestas nocturnas interminables– y aún lo mantiene en eventos como el mercado hippie de Platja d’en Bossa. Aunque no es histórico (comenzó su andadura en 2008) es muy popular y es una de las actividades más señaladas de la localidad.
También son de interés las torres defensivas que aún se mantienen en su costa como la torre del Pirata, en Cala d’Hort; En Rovira, en las playas de Comte y la Torre de Carregador, que protegía Ses Salines. Esta zona, ahora convertida en un Parque Natural Protegido que también abarca Formentera y el espacio marítimo que las separa, recoge una gran variedad de flora y fauna autóctona, como las praderas submarinas de posidonia.
Por supuesto, quienes vayan buscando playas espectaculares (algo probable cuando se visitan las islas) encontrarán en el municipio algunos rincones especiales como la cala Es Bol Nou, Cala d’Hort, Cala Conta y, por supuesto, Sa Figuera Borda, que no tiene arena pero sí encanto.
Carmen López