Todas las rutas verdes de Formentera para descubrir la isla a pie o en bicicleta
Escrito por
25.06.2023
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Formentera es ese paraíso cercano al que volvemos una y otra vez. Sus aguas turquesas suelen ser el principal reclamo y pasear por las calles de Sant Francesc se ha convertido en la mejor forma de terminar el día. Es el refugio de aquellos que buscan esa ansiada calma y uno de los mejores lugares para cambiar de aires, bajar el ritmo y vivir sin prisas.
Es por ello que queremos conocer la Formentera más calmada, rural y tranquila. Esa Formentera natural que está a tan solo unos pasos. Queremos fomentar el andar, ir en bicicleta y hacer deporte sin dejar de explorar lo más genuino de la isla.
Queremos dejarnos perder por sus 32 rutas verdes ya que, tal y como nos informan desde el Area de Turisme del Consell Insular de Formentera: “Formentera puede llegar a ser infinita a través de sus 32 rutas verdes, caminos entrelazados que suman más de 100 kilómetros, la mayoría de ellos accesibles en bicicleta”.
Rutas que bordean la playa
Son muchas las rutas que atraviesan la isla y muchos los puntos de interés que se visitan gracias a ellas. Las hay para todos los gustos (largas, cortas, fáciles, difíciles..) pero todas comparten “la posibilidad de acceder a lugares imperceptibles desde la carretera, apreciar la isla desde otro ángulo y conocer la Formentera más genuina de la manera más respetuosa”, afirman desde el Area de Turisme.
Para los amantes de la playa, o los que quizás no dispongan de mucho tiempo, se recomienda hacer la ruta que va desde La Savina (puerto) hasta la conocidísima playa de Ses Illetes. Tiene una duración de 50 minutos andando y tan solo 15 minutos en bicicleta, y gracias a su recorrido (unos 3,4 Km) esta ruta te permite adentrarte en el pasado salinero de la isla y rodear las playas de Cavall d’en Borràs y Ses Illetes. Harás el camino que hacía la sal pasando por Sa Sèquia, el canal que se construyó en el siglo XIX para comunicar el estanque con el mar.
Otra ruta que roza el Mediterráneo es la que va de Es Pujols a Ses Illetes. Es más complicada, de unos 4,5 Km de duración que no es apta para las bicicletas y que andando suele completarse en alrededor de 50 minutos. Esta ruta nos descubre largas playas y una lengua de arena pasando por el arenal de Llevant (península des Trucadors, en el lado este de la isla) para luego cruzar hacia el lado contrario y ver Cavall d’En Borràs y Ses Illetes.
Por último, si se busca una ruta más larga y con algo de desnivel se recomienda la que enlaza Pilar de la Mola con S’estufador y Es Ram. Es perfecta para poder ver varios paisajes en uno (campos de cultivos, bosque, torrentes que portan agua, el tradicional marés y el mar). No es apta para bicicletas y la duración es de aproximadamente 85 minutos.
Finaliza en la desconocida Es Ram, una playa de rocas tranquila y alejada del bullicio. Ideal para conocer algunas de las playas paradisiacas de Formentera.
Rutas que atraviesan el corazón de la isla
Estas rutas roban el corazón y permiten adentrarse en la Formentera más rural. Comenzamos con una ruta (9Km) que cruza gran parte de la isla, desde Sant Francesc a Ses Bardetes y finalmente el Far de Barbaria. Se puede hacer en bicicleta (1h) o andando (165 minutos) y se considera que es de dificultad media.
Salimos desde la capital y enseguida nos topamos con Can Parra, zona con cultivos, construcciones típicas y rodeada de paredes de piedra que delimitan los terrenos. Más adelante encontramos higueras, algún viñedo e incluso una pequeña zona boscosa. Finalmente, el camino termina con el yacimiento prehistórico de Es Cap de Barbaria y el faro al que da nombre.
Como curiosidad, tal y como nos explican desde el Area de Turisme: “Toda la zona de Es Cap de Barbaria llegó a estar densamente poblada durante la Edad de Bronce antiguo y medio (1600 a.C.). Muestra de ello son la veintena de yacimientos de este periodo, de los que se han excavado tres”. Si te apasionan los yacimientos prehistóricos has de saber que esta ruta pasa muy cerca de uno de los restos más importantes de Formentera: el yacimiento de Es Cap de Barbaria.
Seguimos con la que posiblemente sea una de las rutas más largas de la isla, la que une Sant Francesc con La Mola (9Km). Es también una muy buena forma de conocer la Formentera más rural y de interior, donde las higueras son las claras protagonistas.
Está catalogada como una ruta fácil (135 minutos andando) y permite contemplar la higuera más famosa de la isla, la conocida como Blanca d’en Mestre. Es uno de los secretos mejor guardados y es considerada una estructura orgánica que incluso ha sido analizada por arquitectos (es enorme, su forma recuerda a la de un sombrero y está muy cerca del kilómetro 9 de la carretera que va a dar al faro).
Antes de llegar al final de la ruta también nos topamos con los restos de una fortificación romana, el castell de Can Blai. Es una de las herencias romanas en la pequeña de las Pitiusas y, aunque solo quede la planta, te puedes hacer una idea de cómo era la fortificación aunque esté vallada.
La ruta termina en Es Caló, un pequeño pueblo marinero que antaño era un puerto comercial de aguas turquesas y embarcaciones de madera típicas de las Baleares. Posiblemente te resulte familiar ya que se ha dado a conocer en Instagram gracias a sus tranquilas aguas que nos recuerdan a una piscina.
Rutas verdes de Formentera circulares
También hay rutas circulares que van a parar al punto de inicio, es el caso de Pla de la Mola. Hablamos de una ruta sencilla pero larga y que tiene varios puntos de conexión con otras rutas. Es apta para ir en bicicleta y perfecta para quien quiera combinar la brisa marina (acantilados de La Mola) con terrenos de interior.
Pasa muy cerca de la Bodega Terramoll, bodega familiar que elabora vinos de Formentera, de carácter tradicional y siempre teniendo en cuenta la cultura e historia de la isla. Como curiosidad, los diseños de sus botellas han sido inspirados en los diferentes paisajes y lugares que ofrece la zona: Rosa de Mar se inspiró en Ses Salines, la botella Savina se inspiró en el puerto o la botella Es Monestir, que recuerda al posible Monestir de Sta Maria.
También rodea el Molí Vell de la Mola y la pequeña población de Pilar de la Mola, a escasos metros del mercado hippie de la población. Combina carretera con caminos de tierra y el poco desnivel que presenta hace que durante gran parte de la ruta se pueda disfrutar de unas vistas de 360 grados.
Para acabar, también recomendamos la ruta 6, 3 y 7. No es una sola ruta que sea circular pero, si se combinan, puedes llegar a tener una ruta que también sea infinita y con mucha diversidad. Mientras la ruta 6 es de dificultad media, de apenas 2km y va desde el Jardí de Ses Eres (en Sant Francesc) hasta Portossalé, más adelante conecta con la ruta 3 y nos conduce hasta Cala Saona.
Para volver a Sant Francesc existe la posibilidad de enlazar con la ruta 7 (Cala Saona, Ses Bardetes y Sant Francesc). Si nos decantamos por esta ruta descubriremos los Molinos de Sa Miranda, el Molí d’En Jeroni e incluso se tendrán vistas de la cercana isla de Ibiza y el ya famoso islote de Es Vedrà. Combina carretera con varios caminos de tierra y las 3 son aptas para ir con bicicleta.
Consejos para completar las rutas
Muchas de las rutas son caminos de tierra o carreteras con casas y viviendas, por lo que hay que tener mucho cuidado con los coches y vehículos que circulan. Desde el Area de Turisme también nos recomiendan ir con calzado cómodo, llevar agua (no hay fuentes), gorra y no olvidarnos del protector solar.
Al ser una isla con relativamente poca vegetación (cuenta con algunas sabinas, bosques de pinos, arbustos) y grandes extensiones más desiertas, la sombra falta en muchas ocasiones. Por ejemplo, todo lo que comprende el Cap de Barbaria sería una de las zonas sin sombra.
Como última sugerencia se aconseja informarse antes de realizar alguna ruta y consultar la página web de Formentera. Echarle un vistazo a los mapas resulta indispensable para poder anticiparse y saber si las rutas pasan por poblaciones, el nivel de dificultad, desnivel, etc.
Alba Feliz
Redactora, productora audiovisual y graduada en turismo y dirección hotelera. Creo firmemente que viajar abre la mente y permite conocer otras realidades que quizás desconocemos. Me apasiona la fotografía analógica (la de toda la vida) y darle una oportunidad a los destinos menos conocidos.