Rutas para descubrir la mágica Sierra de Aralar: cimas, paseos y leyendas
Escrito por
04.02.2024
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Hay un lugar en el mundo en el que el tiempo se ralentiza y parece que podemos revivir la vida pausada de otras épocas. La majestuosa Sierra de Aralar es un territorio antropogenizado desde hace miles de años gracias al pastoreo que ha dado más vida que silencio a sus barrancos y bosques de hayas, abedules y también de tejos; a sus laderas, campas y ríos. El agua es el corazón de la sierra caliza, que la atraviesa de forma subterránea y dibuja un paisaje repleto de relieves, simas y arroyos. Es también la cuna de muchos mitos y leyendas locales.
La Sierra de Aralar es la frontera física de dos territorios administrativos distintos –Guipúzcoa y Navarra– o, dicho de otra forma, la unión de ambos, ya que en sus dos vertientes hay una profunda veneración hacia sus paisajes, por lo que es un punto de encuentro histórico entre vascos y navarros (si es que son algo distinto). Son infinitas las rutas para conocer una montaña con mucha cultura popular y ambiente rural, acompañadas de bordas de pastores y los tradicionales baserris (caseríos). Te acercamos algunas de las más interesantes.
Las principales cimas de Aralar
Son muchas las cumbres que podemos hollar en la Sierra de Aralar, pero sin duda destacan dos: Irumugarrieta, por ser el techo con sus 1.427 metros de altitud, y el Txindoki o Larrunari, que por su perfil piramidal y cresta de infarto desde la perspectiva de Zaldibia, Ordizia o Beasain, se ha ganado el apodo de “el Cervino vasco”. Hay otros característicos, como el Ganbo, el Puttarri o el Beloki, pero nos centraremos en las dos más míticas:
- Subida al Irumugarrieta, desde Guardetxe. El techo de Aralar está en la gran muralla verde conocida como “Las Malloas”. Salimos del parking de Guardetxe, la casa forestal, y se prosigue por un hayedo. Nos terminarán de guiar unas marcas amarillas y blancas hasta la cima. No tiene dificultad y son unos 16 kilómetros con casi 500 metros de desnivel positivo.
- Subida al Txindoki, desde Larraitz. La ascensión más típica a este monte es por esta área recreativa con restaurantes. La señalización es clara y habitualmente suele haber bastante gente. A mitad de subida nos encontraremos con una fuente. Tiene un tramo final muy rocoso. Aunque no tiene complicación técnica, es una subida de casi 1.000 metros. Llegaremos a la cima en dos horas y cuarto, aproximadamente.
Paseos mágicos por Aralar
- Santuario de San Miguel, desde Uharte Arakil. Un templo emblemático de la Sierra de Aralar al que podemos llegar a través de un sendero lineal que nos pasa por diferentes etapas históricas de la comarca (Sakana): desde dólmenes prehistóricos hasta restos romanos de Zamartze y dos construcciones románicas del Camino de Santiago primitivo.
- Ruta de las minas de Amezketa. Una espectacular subida por un barranco en el que bien podríamos pensar que estamos en los Pirineos. Un camino muy rocoso y en el que nos toparemos con vestigios de la antigua actividad minera de Arritzaga; y es que aquí se abrió una explotación en 1732 que estuvo en funcionamiento hasta mediados del siglo XX.
- El embalse del Lareo y el bosque de tejos. Una ruta preciosa y cómoda de la sierra es la que sale del aparcamiento de Lizarrusti, donde está el Centro de Interpretación del Parque Natural de Aralar, y va hasta el embalse de Lareo, no sin antes pasar por un espectacular bosque de tejos que está protegido mediante la forma de Reserva Natural. Son unos 14 kilómetros ida y vuelta y no tiene grandes desniveles.
- La ruta de los Dólmenes de Aralar. Un recorrido para pasar el día entre vestigios históricos y los paisajes de ensueño de la Sierra de Aralar es la de los dólmenes. Hay que decir que en toda la sierra han aparecido hasta 61 (44 en la zona de Navarra y 17 en la de Gipuzkoa); la mayoría están bien cuidados y datan del Neolítico y de la Edad del Bronce, entre los años 2.000 y 900 antes de la era común. En esta ruta podremos ver 10 dólmenes a lo largo de 14 kilómetros con 600 metros de desnivel positivo (unas 5 horas de marcha). Sale del camping del pueblo navarro de Etxarri Aranatz, con caminos (hay una variante) señalizados con señales blancas y amarillas. Buena opción para hacer en familia.
La Cueva de Mari, “dama de Aralar”
La mitología vasca precristiana es muy rica y uno de sus grandes exponentes es la diosa Mari, que habita en las cuevas de las montañas y es la personificación de la madre tierra, de la naturaleza y de todos los elementos que la componen. En la Sierra de Aralar también tiene un hábitat: la cueva del Putterri (de los buitres) o Putxerri. Saldremos del parking de Lizarrusti y seguiremos las marcas blancas y rojas de los recorridos GR-12 y GR-121. No es fácil encontrar la cavidad, así que recomendamos ir con un track y GPS, como este.
Toda la Sierra de Aralar en una ruta: el GR-20
Si eres de los que quieren conocer a fondo la Sierra de Aralar y eres una aventurera amante de las travesías y de cargar con la tienda de campaña, para ti está hecho el GR-20 “Vuelta a Aralar”. Son siete etapas mágicas: Puerto de Lizarrusti-Santuario de San Miguel; Santuario de San Miguel-Etxeberri; Etxeberri-Iribas; Iribas-Betelu; Betelu-Amezketa; Amezketa-Elbarren; y Elbarren-Puerto de Lizarrusti.
Una fiesta: la apertura de los pastos de Aralar
Para acabar, recordamos que la Sierra de Aralar es, desde hace al menos 5.000 años, tierra de pasto de diferentes animales de la zona (vacas, caballos, ovejas, cabras), siendo la “oveja latxa” la más famosa porque es autóctona y con su leche cruda se elabora el conocido queso Idiazabal.
En este sentido, un buen día para acercarse a la sierra es el 1 de mayo, que es cuando se celebra la “Fiesta de Apertura de Pastos de Aralar” en las campas de Larraitz. Coincide con la suelta de los animales, que permanecerán en la montaña hasta octubre. El evento suele estar acompañado de música, puntos de venta de productos locales y artesanía, talleres de manualidades y exhibiciones de deporte rural, como aizkolaris (cortadores de leña) y harrijasotzailes (levantadores de piedra).
Raquel Andrés