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Se nos ha pedido que nos quedemos en España, para cuidar nuestra salud y la de nuestra economía. Con tanta restricción, muchos hemos visto la oportunidad perfecta para conocer nuestros alrededores. Algo que, en un principio, puso muy contento al entorno rural.
El problema es que parece que todos hemos tenido (y tenemos) el mismo plan. Y, lo que en un principio parecía una gran idea, ha acabado siendo un desastre: muchos pueblos y rutas de senderismo han acabado masificados. Sobre todo en el último mes que, con los cierres perimetrales, nos han reducido el área de movilidad.
Algunos de los habitantes de las zonas rurales lo llevan advirtiendo desde hace tiempo. “No queremos que se promocione el Montseny”, nos dijo en septiembre Carmen Clopés, especializada en educación ambiental. “En otoño suele venir mucha gente y este año, en concreto, ya está colapsado”, se quejó.
Y es verdad, ante la avalancha de viajeros recorriendo el Montseny, las diputaciones de Barcelona y Girona tuvieron que cerrar las carreteras de acceso al parque a finales de octubre. Lo mismo ocurrió con Sant Llorenç del Munt i l’Obac, Montserrat y la Garrotxa, cuyos aparcamientos suelen estar completos y se han tenido que tomar medidas para regular las entradas y salidas.
Como ellos, en España hay muchísimos rincones que se han visto saturados. Tanto en verano, como ahora en otoño.
Ruta del Cares, Picos de Europa
Una de las imágenes que se hicieron virales fue la de la Ruta del Cares, en los Picos de Europa. La cola de domingueros en el estrecho camino ha sido constante durante todo el verano. Según la Radio Televisión del Principado de Asturias (RTPA), “El 13 de agosto el Cares batió récords acercándose a las 3.000 personas entre Poncebos y Caín“.
El Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG) del Parque Nacional de los Picos de Europa pretende regular el acceso y los aparcamientos. Algo parecido a lo que se ha aplicado en Covadonga en verano desde hace unos años, donde está prohibido acceder con el coche a los lagos.
Ruta de la cascada del Purgatorio, Rascafría
La Asociación Forestal de Madrid denunció en Twitter el incumplimiento de las normas por parte de numerosos senderistas en la Ruta de la cascada del Purgatorio, en Madrid. Tal y como se puede ver en el vídeo, hay demasiada gente, no se respeta la distancia de seguridad y muchos no llevan mascarilla.
En otro tweet, APAF Madrid explica que en la entrada había un cartel en el que se informaba que el acceso estaba cerrado.
Faro del Caballo, Santoña
El Faro de Caballo, en Cantabria, ha sido otra de las rutas más perjudicadas del norte el pasado verano. Sus numerosos escalones se han visto desbordados de turistas y su mirador parecía una imagen de 2019: todos juntos y sin protección.
Según informa El Diario Montañés, el Ayuntamiento de Santoña anunció que ya están trabajando para implantar un sistema de cita previa que regule el acceso durante los veranos.
El Bosque-Benamahoma, sierra de Cádiz
La sierra de Cádiz también se ha visto desbordada en los últimos meses, sobre todo en el puente del Pilar. Varios medios denunciaron la avalancha de visitantes que han acabado colapsando el sendero del río Majaceite. También había largas colas para acceder a los bares.
La Junta de Andalucía está trabajando para restringir el acceso. La idea es que haya aforo para los turistas, aunque no se aplicará a los habitantes de la zona.
Barranco de Los Cernícalos, Telde
Es frecuente que el barranco de Los Cernícalos, en Gran Canaria, se llene los domingos. Según ha publicado Telde Actualidad, los vecinos se quejan de que la carretera está llena de coches que imposibilitan la circulación de los autobuses y de los servicios de emergencia. Muchos excursionistas, además, se adentran en la ruta sin mascarilla.
Pica d´Estats, Alto Pirineo
El Parque Natural del Alto Pirineo ha denunciado en Twitter la masificación de la Pica d´Estats en el mes de septiembre. Como se puede ver en el vídeo, durante el Día de Cataluña, se formaron largas colas para llegar a la cima. No se trata de un hecho aislado, sino que estas aglomeraciones se han repetido en varias ocasiones.
Según ha publicado el diario Nació Digital, el exceso de gente también provocó que muchos excursionistas se saltasen algunas prohibiciones y se bañasen en los lagos del parque. La crema solar y los repelentes de mosquitos son tóxicos para los anfibios que viven en ellos.
Otras rutas que también presentan aglomeraciones son el Parque Regional de El Valle y Carrascoy, tanto en sus senderos como en las áreas recreativas; y el Parque Nacional de Sierra Nevada, cuya cumbre este verano estaba saturada.
Los peligros del turismo rural de masas
Las aglomeraciones no solo son un peligro para expandir la pandemia. El problema no es solo que tú te infectes, sino que afecta -y mucho- a la población rural.
Según el Cuerpo de Agentes Rurales de Cataluña, “Cuando los aparcamientos están llenos, la gente aparca en la carretera o en las tierras de los alrededores. En ocasiones los equipos de emergencias o los tractores de los habitantes del pueblo no pueden pasar. Las tierras son privadas y en algunas de ellas hay cultivos que se estropean“.
Los aparcamientos suelen ser los puntos calientes de los parques naturales, de ahí a que sea el foco de las medidas que están tomando los ayuntamientos locales. “Hay gente que va en transporte público o a pie, pero suelen ser los que menos. El problema es que la gran mayoría va en coche y llegan a la misma hora“, explica el Cuerpo de los Agentes Rurales. Si se limita el número de coches, se limita el número de personas.
Los Agentes Rurales trabajan para que se siga la normativa, tanto de tráfico como las del mismo parque; es mucha la gente que se salta las restricciones. Por ejemplo, los que cruzan campo traviesa, pasando por encima de zonas de cultivo. También los que se bañan en lagos, afectando así a su hábitat. O los que van a recoger castañas o setas y lo hacen en zonas que son privadas.
Los rebaños se asustan y, en ocasiones, se mueren de estrés o sufren abortos
“La masificación afecta a la población rural porque muchos son pastores, tienen allí sus rebaños de vacas u ovejas y mucha gente va con perros sin atar. Los rebaños se asustan y, en ocasiones, se mueren de estrés o sufren abortos“, explican desde el Cuerpo de Agentes Rurales. Lo mismo ocurre con las aves. En época de nidificación algunas pueden perder sus crías debido al estrés que les causan los gritos de las personas o el ruido de las motos.
Otra de las problemáticas con la que se encuentran los guardias forestales es la basura. Mucha gente come en los parques y recoge sus residuos, pero otros no. Si el lugar está masificado es posible que las papeleras estén llenas y se deje el resto de basura alrededor. Esto hace que muchos animales salvajes, como los jabalíes, vayan a rebuscar comida entre los residuos y acaben esparciéndolos por el parque. Si es que no somos nosotros mismos, pues quién no ha visto en algún sendero este verano alguna mascarilla tirada en el suelo.
A todo ello hay que sumarle el riesgo de contagio. Y es que muchos de los municipios rurales no cuentan con medios suficientes para evitar contagios, o para combatir el virus en el caso de brote. Pues los hospitales están a kilómetros de distancia de sus viviendas. El exceso de visitas y no cumplir con las medidas sanitarias hace que muchos lugareños tengan miedo.
“Debido a estas masificaciones se está abriendo el debate en torno a la regulación del acceso al entorno rural. Regular no necesariamente significa cobrar, sino que se pueda reservar con antelación y que haya un cupo de gente, como ocurre en otros parques europeos o en Estados Unidos“, dicen desde el Cuerpo de Agentes Rurales, que trabajan en campañas de concienciación y sensibilización sobre lo que se puede o no hacer en el medio rural.
Una vez allí, respeta las recomendaciones sanitarias: grupos reducidos, uso de mascarilla y mantén la distancia de seguridad. Estas son algunas de las recomendaciones de la Red de Parques Nacionales.
Sobre todo, respeta el entorno que vas a visitar: su naturaleza, su fauna y a su gente. Tú solo estás allí de paso, ellos viven allí.
Laura Fernández
Periodista, blogger y viajera. No necesariamente en ese orden. En ocasiones me despierto sin saber dónde estoy. Adicta a los cómics y a los noodles con salsa de cacahuete. Redactora en @escapadarural, colaboradora en la Conde Nast Traveler y en la Divinity. Mi casa: Meridiano180.
Un desastre la masificación que vivimos en los lugares de montaña. Hay pueblos donde ya no se puede hacer turismo en Catalunya